El Efecto Reno
Escúchalo
“Creo que debería existir algo en la ciencia que se llamara ´el efecto reno.´ No sé que sería, pero creo que sería bueno escuchar a alguien decir: ´Señores, lo que tenemos aquí es un terrorífico ejemplo del efecto reno.´”
– Jack Handey
El Efecto Reno no es real.
El Efecto Ikea, sin embargo, es lo suficientemente real como para ser el objeto de una historia en el Harvard Business Review. La esencia es ésta: No le ponemos esfuerzo a las cosas porque las amamos. Las amamos porque les ponemos esfuerzo.
- Encontramos propósito y vemos el valor en el trabajo de nuestras manos.
- Vemos un reflejo de nosotros mismos en las cosas que creamos.
Al Efecto Ikea se le llamó así por esa tienda internacional tan exitosa, conocida por vender muebles en cajas planas que tienen que ser tediosamente ensamblados por el comprador. Las personas que ensamblan estos muebles tienden a asignarle un valor más alto al producto terminado que las personas que no se involucraron en su construcción.
La autoría de virtualmente todos los libros de la Biblia es debatida por los académicos. Yo no quiero tener vela en ese entierro, por eso permíteme decir que yo escojo creer que Salomón escribió el libro de Eclesiastés al final de su vida, hace aproximadamente 3,000 años. Salomón disfrutó de la libertad de seguir sus pasiones y perseguir sus sueños. Eclesiastés es su diario de esa travesía. En él, Salomón comparte lo que aprendió en ese día portentoso, en el que encontró la respuesta final. Éste es un pasaje muy citado del capítulo 3:
Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol:
un tiempo para nacer y un tiempo para morir, un tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo plantado;
un tiempo para matar y un tiempo para curar, un tiempo para demoler y un tiempo para edificar;
un tiempo para llorar y un tiempo para reír, un tiempo para lamentarse y un tiempo para bailar;
un tiempo para arrojar piedras y un tiempo para recogerlas, un tiempo para abrazarse y un tiempo para separarse;
un tiempo para buscar y un tiempo para perder, un tiempo para guardar y un tiempo para tirar;
un tiempo para rasgar y un tiempo para coser, un tiempo para callar y un tiempo para hablar;
un tiempo para amar y un tiempo para odiar, un tiempo de guerra y un tiempo de paz.
¿Qué provecho obtiene el trabajador con su esfuerzo?
Yo vi la tarea que Dios impuso a los hombres para que se ocupen de ella.
El hizo todas las cosas apropiadas a su tiempo, pero también puso en el corazón del hombre el sentido del tiempo pasado y futuro, sin que el hombre pueda descubrir la obra que hace Dios desde el principio hasta el fin.
Yo comprendí que lo único bueno para el hombre es alegrarse y buscar el bienestar en la vida.
Después de todo, que un hombre coma y beba y goce del bienestar con su esfuerzo, eso es un don de Dios.
Usualmente la última parte no se incluye cuando la gente cita este versículo en pósters y calendarios y tarjetas. La aseveración de Salomón que el verdadero secreto de la felicidad consiste en encontrar satisfacción en nuestra ocupación – nuestros esfuerzos – el trabajo de nuestras manos – es una respuesta demasiado plebeya para la gente ambiciosa que se siente empujada a tener éxito.
Pero el Efecto Ikea – y el Harvard Business Review – parecen confirmar la aseveración de Salomón. Aún así, la mayoría de nosotros va a continuar sobrevalorando ese destino destellando en el horizonte – “Éxito” – no dándonos bien cuenta que cualquier valor que tenga al final será producto de los recuerdos de la travesía que nos llevó hasta allí.
Ahora pensemos por un momento acerca de esta idea que amamos las cosas porque les ponemos nuestra energía. Cuando algo se convierte el objeto de nuestra esperanza concentrada y de nuestro esfuerzo enfocado, cuando lo inyectamos con nuestra propia fuerza de vida y energía, se convierte en valioso para nosotros. Las acciones disparan los sentimientos.
Usualmente esperamos enamorarnos de algo antes de lanzarnos de lleno. Una materia en la escuela, una organización no-lucrativa, un hobby, un deporte, un negocio. Pero el Efecto Ikea nos dice que lanzarnos de lleno es la manera más segura de enamorarnos. Lo mismo es verdad para las relaciones.
Cuando yo era joven, Phil Johnson, un hombre sabio, nos dijo a Pennie y a mí que si alguna vez sentíamos que nos estábamos “desenamorando”, que simplemente hiciéramos las cosas que harías por el otro – que comenzáramos a tomar acción – como si estuviéramos apasionada y locamente enamorados. Los sentimientos siguen a las acciones.
Phil tenía como 65 años en ese entonces y eso fue hace 30. Estamos planificando visitar a Phil y a Bárbara cuando viajemos a Oklahoma en unos meses.
Mencioné a Ray Bard la semana pasada. Dije que él era una de las personas que le habla a mi vida. No es ésa su intención. De hecho, ni siquiera está consciente que lo hace. Phil Johnson es otra de esas personas para mí. Don Kuhl es otro. Espero que tú también tengas personas así. Personas que hacen comentarios inteligentes y útiles. Personas que te abren los ojos para ver cosas que necesitas saber. Personas que le hablan a tu vida.
Abre tus oídos a la sabiduría.
Disfruta del trabajo de tus manos.
Lánzate de cabeza hacia las cosas.
Así es como nace el amor.
Roy H. Williams
P.D.: Ray Bard de Bard Press confirmó que va a aparecerse, impartir un poco de sabiduría y contestar algunas preguntas en la próxima clase de “Cómo Escribir para la Radio y el Internet”, 10 y 11 de abril. Basado en el porcentaje de libros publicados que llegaron a las listas de bestsellers del New York Times y el Wall Street Journal (más del 50%), Ray tiene la editorial de libros de negocios más exitosa de todos los tiempos. Él es gran cosa entre las editoriales. Llega a la clase del 10 y 11 de abril y regresarás a casa citándolo, te lo prometo. – RHW