Archive January 30, 2023

Sólo tres palabras

Últimamente he estado tratando de explicarles a caras de incomprensión cómo las frases de inicio más poderosas nunca son preguntas, sino declaraciones que disparan más preguntas de las que responden.
Estoy seguro que esas caras de incomprensión son mi culpa. Temo que la idea que estoy tratando de enseñar sea más grande que el maestro.
Voy a hacer lo mejor que pueda — una última vez — para dejarlo lo más claro que yo pueda:
El trabajo de una frase de inicio es atraer al lector, escucha o vidente.
Si la frase de inicio no hace su trabajo, tu riesgo es volverte invisible.
Si tu cliente te quita su atención, dejas de existir.
La frase de inicio más famosa en la literatura es “Llámame Ishmale·. Es una declaración simple de dos palabras, pero dispara las siguientes preguntas:
“¿Tu nombre no es Ishmael?”
“¿Por qué no estás dispuesto a decirnos tu nombre real?”
“¿Y por qué escogiste el nombre ‘Ishmael’?”
“¿Te escondes de alguien?”
“¿Y si es así, por qué?”
La cara en la valla al principio de esta página es de un amigo cercano mío. La valla no tienen el nombre de una compañía, ni un logo, ni un sitio y tampoco un número de teléfono. No te damos ni una pista que te permita responder las preguntas que circulan en tu mente:
“¿Quién es Elmer?”
“¿Por qué viene?”
“¿Qué hará cuando venga?”
“¿Su mamá de verdad le puso Elmer?”
Como anuncio, esa valla “Elmer viene” es dolorosamente incompleta. De hecho, todo diletante en el mundo de la publicidad va a regocijarse mucho en destacar por qué “sólo un estúpido” pondría una valla así. Va a ser el centro de conversación de la ciudad.
“¡Qué valla tan estúpida! ¡No tiene un llamado a la acción y no tiene información de contacto, ni siquiera un logo!”
Pero esas vallas son tan sólo las primeras salvas de una campaña publicitaria que va a continuar durante décadas.
Luego de 4 semanas, cuando la ciudad esté vibrando con “¿Quién es Elmer?”, mi amigo se va a presentar en la radio y compartir quién es, de dónde viene y lo que espera hacer. Todo el mundo que escuche esos anuncios va a estar ansioso por contarles a sus amigos acerca de Elmer.
Lo que estoy describiendo no es una “propuesta de ventas única”. Es simplemente un mecanismo literario, un artefacto de verdad sobre el que uno puede construir un anuncio cautivante, el principio de una campaña publicitaria muy exitosa.
Nunca te dan una segunda oportunidad de causar una primera impresión.
Tu primera impresión de Elmer es que es fácil de llevarse bien con él y que es interesante y divertido. (Todo lo cual es cierto, de hecho.)
Ambos de los ejemplos que te di anteriormente eran de tan sólo dos palabras.
¿Estás dispuesto a tratar de escribir una declaración de tres palabras o menos que dispare más palabras de las que responde?
No estoy hablando de un título de 3 palabras que necesite estar acompañado de una imagen. “Elmer viene” hace su magia aún sin una foto. De igual forma “Llámame Ishmael”.
¿Puedes escribir una declaración de 3 palabras que dispare más preguntas que las que responde? Si tus tres palabras hacen que Indy y yo queramos saber más, Indy dijo que va a publicar tu nombre en la madriguera del conejo de la otra semana.
Manda tus tres palabras a indy@wizardofads.com antes de la medianoche del sábado, 4 de febrero.
Si miras tu nombre en la madriguera del conejo el próximo lunes, eso quiere decir que sacaste un 100.
Roy H. Williams

Números, hechos, palabras y manos

Sin importar la profesión que hayamos escogido, la mayoría de nosotros trabajamos con Números, Hechos, Palabras y Manos.
Probablemente nunca lo hayas pensado: Números, Hechos, Palabras y Manos.
Yo seguramente no lo había hecho, hasta que le estaba hablando a mi nieto de 13 años, Gideon, tratando de convencerlo de elevar la calidad de los libros que lee.
Gideon es un cuenta historias excepcional y un actor sorprendentemente bueno para su edad. Basado en sus preferencias naturales, estoy convencido que Gideon algún día va a ganarse su dinero con palabras.
Hay cientos de formas de hacerlo.
Estaba a punto de hacer una lista de las carreras que dependen en primer lugar de la capacidad del practicante de escoger y utilizar precisamente las palabras adecuadas cuando me di cuenta de algo: cualquier empresa requiere del uso de números, hechos, palabras y manos.
Las opciones de carreras caen en uno de esos cuatro campos. Números. Hechos. Palabras. Manos.
Arregla esos cuatro en el orden que prefieras usarlos.
Tu orden de preferencia puede no corresponder al orden de tu competencia, pero usualmente sí lo hace. Nos volvemos mejores en las cosas que preferimos, especialmente cuando nos enfocamos en ellas.
Demos un vistazo a las carreras en donde el lenguaje de los Números se para de puntillas y grita: “¡Mírame!”
Científico de datos, ingeniero estructural, estadístico, contador/auditor, investigador de compañía de seguros, físico teórico, astrofísico (casi cualquier tipo de físico) y la lista continúa.
¿Y en cuál política es esencial la finura de los hechos quisquillosos para el éxito?
Maestro, abogado, doctor, policía, consultor, inventor y la lista continúa.
¿Y cuáles persecuciones dependen de tu habilidad de evocar y conquistar las Palabras que excitan el intelecto y elevan los oídos?
Comediante, escritor de anuncios, político, comunicador, creador de podcasts, influencer en línea, reportero, novelista, guionista, escritor de letras de canciones y la lista continúa.
¿No sabías que escribir canciones podía ser una carrera? Bernie Taupin ha hecho más de setenta millones de dólares escribiendo canciones para Elton John.
Bernie no escribe la música. Sólo la letra.
Ahora veamos las carreras que tienen maestría sobre las Manos.
Carpintero, plomero, artista, músico, masajista, electricista, técnico de manufactura, carnicero, panadero, hacedor de candelas. Y la lista continúa.
Ninguna carrera depende del uso exclusivo de una única categoría, pero cuando uno mira una carrera a la distancia, es fácil ver que uno de esos cuatro es más utilizado que los otros tres.
No tengo idea de cómo puedas usar esta información, pero sentí que valía la pena compartir la observación.
Un último pensamiento: he conocido a muchas personas que siguieron el consejo de su guía de la escuela y que escogieron una carrera basándose en cómo puntearon en un test estándar.
Tom fue uno de esas personas. Hace veinticinco años, él dijo: “Punteé alto en habilidades matemáticas así que me convencí de estudiar matemáticas en la universidad. Me gradué y conseguí trabajo en un banco y tuve mucho éxito, pero no fui feliz. Luego un día me di cuenta que detestaba la matemática y que siempre había detestado la matemática y que había sido un idiota por seguir el consejo de mi guía.”
Tom dejó la banca para convertirse en un escritor de anuncios y fue aún más exitoso de lo que había sido como banquero.
Y Tom también fue mucho más feliz.
Si te tomaste un momento para ordenar Números, Hechos, Palabras y Manos en el orden de tu preferencia, indy@wizardofads.com quisiera que le compartieras tu lista, junto con cualquier cosa que quisieras agregar.
Le dije que tú decías aruú.
Él te dice aruú a ti también.
Roy H. Williams

Un error extremadamente muy común

Estás navegando por la carretera cuando te preguntas: “Si apago el motor y dejo de quemar combustible, ¿cuánto puedo seguir avanzando?”
Si tu idea era ahorrar combustible, acabas de cometer un error costoso.
El combustible que quemarías para recuperar tu velocidad es mucho más combustible del que quemarías para mantener tu velocidad.
Este error no es sólo uno común. Es un error “extremadamente muy” común.
Pero tú te estabas preguntándote qué tan lejos podías llegar, así que voy a contestar tu pregunta, tal y como fue planteada.
Tu habilidad para seguir va a ser determinada por:
La velocidad
La masa
La fricción
La gravedad (¿sigues avanzando hacia arriba, hacia abajo? Cualquiera puede avanzar hacia abajo en una economía pujante.)
La publicidad es el combustible que energiza tu negocio.
La velocidad de crecimiento está determinada por cuán pesado has estado haciendo publicidad.
La masa está determinada por cuánto tiempo has estado haciendo publicidad así de pesado.
La fricción es la ineficiencia de tu gente para deleitar de forma consistente a tus clientes.
La gravedad es la resistencia de tus competidores. ¿Qué tan fuertes o débiles son?
Ha sido mi observación que un negocio salvajemente exitoso con mucho impulso puede navegar durante 6 meses antes que la gente empiece a sospechar que algo ha cambiado. Durante esos 6 meses, el dueño del negocio dirá: “¡corté mi publicidad y nada ha cambiado! Debería haber hecho esto hace mucho tiempo.”
Y al final del año, comienzan a hecharle la culpa a los medios. “Lo que hemos estado usando ya no sirve. Tenemos que encontrar la siguiente cosa nueva.”
Al final de dos años, las ruedas comienzan a zafarse. Pero fue hace tanto que cambiaron su publicidad que nadie sospecha que ese sea el problema.
Al final de cuatro años, la compañía está en verdaderos problemas.
He visto esta película tantas veces que puedo describir cada escena y citar cada línea de diálogo.
Ya sea que suceda después de unas vacaciones de un mes, un sabático de tres meses o un abandono de seis meses, cuando esa compañía comienza a hacer otra vez publicidad, invariablemente se frustran que no parece estar haciendo una diferencia. (¿Recuerdas lo que dije? “El combustible que quemarías para recuperar tu velocidad es mucho más combustible del que quemarías para mantener tu velocidad.”) El cobro es el infierno. Le va a costar a esa compañía por lo menos seis meses de ineficiencia de combustible dolorosa recuperar el impulso que perdió durante esos seis meses que se pasaron hurgándose perezosamente la nariz en vez de hacer publicidad. “Cada mañana en el África, una gacela se despierta, sabe que debe ser más rápida que el león más rápido o que va a ser muerta. Cada mañana en el África, un león se despierta. Sabe que debe correr más rápido que la gacela más lenta o que va a morir de inanición. No importa si eres el león o la gacela — cuando salga el sol, más te vale que te encuentre corriendo.”
— Christopher McDougall, “Nacidos para correr: una tribu escondida”
Un segundo dueño de negocios cree que puede construir su negocio a un cierto tamaño y luego “aferrarse a lo que tiene”, como si ese volumen de negocios fuera algo con lo que puede contar de ahora en adelante. Pero eso de “aferrarse a lo que tienes” nunca es una verdadera opción porque la física de la masa, la fricción y la gravedad aplica a mantener tu velocidad actual igual de seguro que aplica para recuperar el impulso perdido.
Los dueños de negocios tipo “aferrarse a lo que tenemos” creen silenciosamente que “tenemos todos estos clientes ahora, así que ya no necesitamos alcanzarlos con nuestra publicidad.”
NOTICIAS DE ÚLTIMA HORA: La gente se queda alcanzada como la grama se queda cortada. Un buen restaurante es una excepción a esta regla. En verdad, yo creo que podrías abrir un restaurante maravilloso en las explanadas de Mongolia y la gente lo encontraría y le contaría de él a sus amigos.
Pero tú no estás en el negocio de los restaurantes.
Tu negocio inhala y exhala, se expande y se contrae, al igual que cualquier otro organismo vivo. Esta fantasía de “aferrarse a lo que tienes” surge de la creencia mal concebida de que tu negocio puede mantener la respiración.
Tal vez tú puedas hacerlo. No lo sé. Prueba y lo averiguamos.
¿Tienes la edad suficiente para haber visto al cohete de la NASA despegar del campo de lanzamiento en el Cabo Cañaveral? ¿Recuerdas la profunda cantidad de combustible que tuvo que quemara para empujar ese cohete hacia arriba? La Masa y la Gravedad son unas perras, ya sea que estés tratando de lanzar un cohete o un negocio. La ineficiencia de combustible durante el despegue es un simple hecho de la vida. Si permites que ese cohete comience a desplomarse de vuelta hacia la Tierra, vas a tener que comenzar de nuevo.
Lamento ser yo el que te lo tenga que decir.
Roy H. Williams

Cuenta historias, escritores y la alfombra mágica original

Recientemente leí un par de libros de Arkady Martine, alguien nuevo en la ciencia ficción. Una memoria llamada Imperio (2019) y Una desolación llamada Paz (2021), cada uno ganó el Premio Hugo por Mejor Novela.
Me gusta Arkady Martine y me gustan sus libros. Ella es una cuenta historias extraordinaria.
Pero todavía no es una magnífica escritora.
No dije eso con la intención de insultarla. Dan Brown vendió una estrepitosa cantidad de El Código DaVinci, pero él no es un magnífico escritor tampoco. Tendemos a leer los libros de un cuenta historias extraordinario sólo una vez.
Cuando uno sabe la historia, se va la magia. Es por esto que cada tienda de gangas en el mundo está repleta de incontables cantidades de 50 Sombras de Grey y El código DaVinci.
Pero leemos los libros de escritores magníficos una y otra vez. Un escritor magnífico podría escribir un manual de instrucciones y hacerlo cautivante.
La evaluación literaria es salvajemente subjetiva, por supuesto, así que le debo una explicación a Arkady Martine y a ti.
Nunca leo libros prestados porque quiero marcar pasajes y hacer notas a los márgenes mientras avanzo. El manchar mis propios libros con círculos y notas es una señal de respeto por el autor, pero para mí, el manchar el libro de un amigo no sería una señal de respeto.
No voy a terminar un libro si el autor no es un magnífico cuenta historias. No voy a circular pasajes si el autor no es un fantástico escritor.
La esperanza de todo magnífico cuenta historias es también convertirse en un fantástico escritor. Para ganar el Premio Pulitzer o el Premio Nobel en literatura tienes que ser ambos.
John Steinbeck era ambos.
J.R.R. Tolkien era ambos.
Tom Robbins es ambos.
Bill Bryson es ambos.
Barbara Kingsolver es ambos.
Actualmente estoy en la página 26 de la novela de 546 páginas de Barbara Kingsolver, Demon Copperhead y ya circulé 10 pasajes. Indy te va a transcribir esos pasajes en la madriguera del conejo cuando haya terminado el libro. (La base de datos de Citas Aleatorias ya tiene 6,108 citas y sigue creciendo. — Indy)
Las historias que conforman Las mil y una noches, fueron recopiladas hace mil años. En una de esas historias, el Príncipe Husain viaja a Bisnagar y compra una alfombra mágica.
No dejes que Disney te confunda. La alfombra de Husain no es una alfombra “voladora” que cabalga el aire como un pájaro. Su alfombra mágica es como un buen libro. Lo único que debes hacer es decidir en dónde quieres estar, sentarte, y allí estás.
La buena escritura te involucra todos los sentidos mientras te traslada hacia otro lugar, otro tiempo, otra vida.
“El aire estaba pesado con fragancia de mar y brisa que chocaban con el moho y el barniz de madera y jabón de hotel y el vapor metálico de la Coca de Dieta y el fermento alcohólico de generaciones de cougars en Chanel No. 5.”
— Olivia Nuzzi
Ahora eres como el norte frágil.
“Está CONGELADO; como aire hecho de vidrio roto. Nuestro frío inglés es todo hombre de nieve gorditos y ‘¡Yu-jú! ¡Es día de nieve!’, un tipo de frío amigable. Pero este frío es malvado…”
“Está costando respirar aquí, mis pulmones se llenan de hormigas y no hay espacio para aire. Hay un monstruo hecho de frío, duro como la orilla del pavimento, que viene hacia nosotros en la oscuridad y rompe los cedazos y las puertas y la ventanas y la única arma que se le oponga es el calor, pero no tenemos calor alguno.”
“… Ella lo sintió ahora como vasto e impersonalmente cruel; una oscuridad helada que se absorbía a sí misma. Ella lo sintió llenando sus espacios vacíos, implantándose como una médula helada en sus huesos y luego la consciencia se deslizó hacia afuera de ella en la oscuridad del Ártico”.
— Rosamund Lupton
Te paraste bajo la lluvia, sesenta y cinco millas al norte de Seattle.
“Y llovió una enfermedad. Y llovió un miedo. Y llovió un olor. Y llovió un asesinato. Y llovió huevos pálidos de la bestia. La lluvia cayó sobre los pueblos y los campos. Cayó sobre los cobertizos de los tractores y los laberintos de las cegadoras. La lluvia cayó sobre ranas y helechos y puentes. Cayó sobre la cabeza de John Paul Ziller.
La lluvia cayó durante días, sin cesar. Ocurrieron inundaciones. Los pozos se llenaron de reptiles. Los sótanos se llenaron de fósiles. Los lunáticos con el pelo mohoso vagaron las penínsulas goteantes. La humedad brillaba sobre el pico del Cuervo. Chamanes antiguos, desalojados de sus hogares por la lluvia sobre troncos muertos, sonaban sus dientes de conchas en los dinteles ahogados de los bosques. La lluvia siseaba en las carreteras. Le siseaba a las proas de los barcos pesqueros. Se comió los caminos de guerra antiguos, derramó árboles de bayas, corrió en las cunetas. Anegada. Derramada. Penetrante.
Y llovió un portento. Y llovió un veneno. Y llovió un pigmento. Y llovió un ataque…”
— Tom Robbins
Estás explorando África en los 1930’s:
“El camino que llevaba al norte hacia Molo: en lo noche se chocaba directo contra las estrellas. Llegaba hasta el lado del Escarpamiento Mau hasta que a diez mil pies encontró el plató y descansó allí y algunas de las estrellas brillaron bajo su orilla.”
Beryl Markham
Estas aprendiendo de tu amigo Bill qué esperar cuando visites Roma:
“Amo la forma en que se parquean los italianos. Llegas a cualquier esquina en Roma y parece que te hubieras perdido apenas de una competencia de parqueo entre gente ciega. Los carros apuntan en todas direcciones, la mitad sobre la acera y la mitad afuera, hacia adentro, hacia las aceras, bloqueando estacionamientos y calles aledañas y cabinas de teléfono, calzados en espacios tan estrechos que el único camino posible de salida es por el techo. Los romanos parquean sus carros en la forma en que yo parquearía si hubiera acabado de botar un frasco de ácido hidroclorídico en mi regazo.
Por toda la ciudad puedes ver conductores azotando a sus carros para que quepan en espacios del tamaño de un cojín, deteniendo el tráfico y haciendo que todos los conductores en un radio de tres millas se apoyen sobre la bocina y den una imitación razonable de un hombre en la silla eléctrica. Si la abertura es demasiado pequeña para un carro, los romanos lo van a decorar con deshechos — una cajetilla de cigarros vacía, una orilla de pizza medio comida, la mitad de un cono de helado con el rastro del helado medio comido asomándose por el fondo, sobre el que danza un delirio de moscas, una lata aceitosa de sardinas, un periódico maltratado y algo totalmente inesperado, como un maniquí o una cabra muerta.”
— Bill Bryson
Estas viendo a los ojos a Jorge Luis Borges mientras él filosofa acerca de la dimensión del tiempo y su propio lugar en ella.
“El tiempo es la sustancia de que estoy hecho. El tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy el río; es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre; es un fuego que me consume, pero yo soy el fuego. El mundo, desgraciadamente, es real; yo, desgraciadamente, soy Borges”.
— Jorge Luis Borges
Indy Beagle, desgraciadamente, es real, yo, desgraciadamente, soy
Roy H. Williams
*Demon Copperhead isn’t about a demon or the paranormal. As of page 26, it is about a boy growing up with a teenage Mom in a mobile home in the mountains of southern Appalachia. I find it incomprehensible that a 67-year-old woman is able to know the thoughts of a 10-year-old boy in Appalachia, but having once been a 10-year-old boy in Oklahoma, she nailed it. – RHW
— Demon Copperhead no se trata acerca de un demonio o lo paranormal. Hasta la página 26, se trata acerca de un chico que crece con una madre adolescente en una casa rodante en las montañas de los Apalaches sureñas. Encuentro incomprensible cómo una mujer de 67 años pueda conocer los pensamientos de un chico de diez años en los Apalaches, pero habiendo sido alguna vez un chico de diez años en Oklahoma, ella lo tiene claro. — RHW

Trabajo en equipo: otra mirada

Yo quiero que:
Seas más productivo
Reduzcas tus errores,
Acortes tu curva de aprendizaje
Y eleves tu éxito.
Si yo voy a ayudarte a hacer todas estas cosas, primero tenemos que ver qué se esconde en tu punto ciego.
¿Estás listo?
El trabajo en equipo en los negocios está altamente sobrevalorado.
El trabajo en equipo nunca es la respuesta.
La responsabilidad personal es la respuesta.
Una carrera de relevos es en realidad únicamente una serie de corredores individuales, tres de los cuales comienzan sus esfuerzos con una ventaja, o un déficit, que les entrega el corredor anterior. Si un corredor incrementa la ventaja o acorta ese déficit, ellos tienen éxito.
Cuando a los individuos se les recompensa de forma colectiva, creamos la ilusión de un equipo.
La responsabilidad individual saca lo mejor de nosotros.
Creas un comité cuando retiras la responsabilidad individual.
Cada burocracia comienza con un comité bien intencionado.
Pero amamos ser miembros de una tribu. Ser parte de un equipo — una tribu — nos da un sentido de identidad, propósito y aventura.
Estos sentimientos nos ayudan a desempeñarnos como individuos.
Los estadounidenses aman el football americano. Pero no es el trabajo en equipo lo que los atrae. Es la tribalidad y los líderes tribales.
A los mariscales de campo, los corredores y los receptores — los líderes tribales que anotan la mayor parte de puntos — les pagan mucho más dinero que al resto del equipo. ¿Así que por qué los entrenadores les dicen a los jugadores que cada miembro del equipo es “igual de importante”?
No puedo evitar escuchar la voz de George Orwell en “La granja de animales”, con la ironía a punto de hacerle un agujero de ácido en las mejillas:
“Todos los animales fueron creados iguales. Pero algunos animales son más iguales que otros”.
El papel de un líder tribal es imbuir los valores, creencias y cultura de la tribu en cada uno de sus miembros y cada uno de sus fans.
Los líderes tribales son diferentes de los gerentes tribales.
Un Gerente —un Entrenador — hace que cada individuo sea responsable de entregar el resultado que les fue asignado.
Steve Jobs no se inventó la computadora Appel. Steve Wozniak inventó la computadora Apple.
Steve Wozniak y Steve Jobs no eran un equipo. Ellos eran socios, cada uno con responsabilidades específicas.
“La mayoría de inventores e ingenieros que conozco son como yo… ellos viven en sus cabezas. Son como la mayoría de artistas. De hecho, los mejores de ellos son artistas. Y los artistas trabajan mejor a solas… te voy a dar un consejo que pueda ser difícil de tomar. Ese consejo es: Trabaja solo… No en un comité. No en un equipo.” *
Ese es el consejo de Steve Wozniak para ti.
“Nada ha sido creado por dos hombres. No existen buenas colaboraciones, ni en la música, ni en el arte, la poesía, las matemáticas, ni la filosofía… Una vez el milagro de la creación se haya dado, el grupo puede construir y extenderlo, pero el grupo nunca inventa nada. Lo precioso se esconde en la mente solitaria de un hombre.”
— John Steinbeck, Al este del Edén
Wozniak fue el primer corredor en una carrera de relevos. Él le entregó el batón a Steve Jobs. Cuando forzaron a Jobs a entregarle el batón a John Sculley en 1985, Scully se tropezó y le dio el batón a Michael Spindler quien se tropezó y se lo dio a Gil Amelio quien se cayó de boca y dejó una marca de frenazo de 10 metros en la pista.
Steve Jobs regreso a la compañía en 1996 y la regresó a la vida. Luego de su muerte en el 2011, el gerente tribal Tim Cook elevó a Apple a una valoración de US$1Billón, la primera de la historia.
El Profesor Scott Galloway hizo un comentario punzante acerca del poder de los líderes tribales cuando lo entrevistó Christiane Amanpour:
“Cuando las sociedades se vuelven más prósperas y más educadas, su dependencia en un ser superior y su asistencia a la iglesia decrece pero todavía buscan a ídolos. En ese vacío se meten los líderes tecnológicos porque la tecnología… es lo más cercano que tenemos a la magia. Nuestro nuevo Jesucristo fue Steve Jobs y ahora Elon Musk ha recogido ese manto.”
Aunque yo admiraba las habilidades de Steve Jobs, él era tan solo quien hizo las cosas populares, el sumo sacerdote de la religión Apple. Sin Wozniak, Steve Jobs probablemente hubiera sido tan solo otro tequie de California, rebotando de compañía en compañía en jeans, camisa negra de cuello de tortuga y tennis.
Te voy a dejar a Elon Musk.
Roy H. Williams
Con un agradecimiento especial a Tom Grimes de Amarillo por sus 20 años de investigación en las Tribus Sociales de los Estados Unidos.
En Silencio: el poder de los introvertidos en un mundo que no puede dejar de hablar, por Susan Cain
COINCIDENCIA: la Academia del Mago acaba de anunciar algo que pudieron haber llamado “El cielo de Wozniak” pero que llamaron “La semana de retiro del introvertido — el silencio dorado”. Dale un vistazo.
El millonario de arroz y frijoles: el caso de un empresario improbable por los instructores de la Academia del Mago Bryan y Jeffrey Eisenberg. Capítulos cortos. Vas a leer varias historias acerca de la Academia del Mago comenzando en el capítulo 27: los locos. Lee y dale una crítica a este libro. Hazlo y no vas a dejar una marca en la pista de 10 metros como Gil Amelio. De hecho, el 2023 va a ser tu mejor año en la vida.
— Indy Beagle