Archive August 26, 2019

California y yo

California y yo

He tenido una relación especial con California desde 1992. La base de nuestra relación es esta: yo nunca me gano las multas de parqueo y California siempre me las da de todas formas.
Una de mis metas durante la excursión de la semana pasada con mi nieto fue regresar de California — por primera vez en toda mi historia — sin una multa de parqueo.
Casi lo logro.
Mi transgresión fue que manejé a través de un espacio de parqueo vacío en el estacionamiento de Seal Beach para estar con la “nariz” de fuera en el espacio siguiente. En Tejas, Pennie le llama a esto “irse por la pose”.
Sí, eso es ilegal en California.
Mientras estaba sentado en el carro alquilado leyendo la multa, un hombre me tocó la ventana y gritó: “¡Dele vuelta al carro! ¡Dele vuelta al carro! ¡Si no, le van a poner una multa de US$64!” Y luego él me enseñó su multa para probarlo. Me sonreí y le enseñé la mía, creyendo que nos reiríamos juntos. Pero no, este hombre tenía una misión. Se fue disparado para advertirle a la siguiente persona. Lo vi durante los siguientes minutos. Cada vez que un carro se pasaba sobre un espacio para ir por la pose, salía corriendo hacia el carro, tocaba la ventana y le advertía al conductor de su próxima maldición. Que Dios bendiga a ese hombre. Puede que aún esté allí.
La idea que algo que se considera sentido común en un estado sea ilegal en otro me recuerda que los norteamericanos somos personas desordenadas. Les ponemos nombre de dioses romanos a nuestros meses. Contamos los años desde el nacimiento de Jesús. Imprimimos “Confiamos en Dios” en todo nuestro dinero. Pero cuando alguien menciona públicamente a Dios, creemos que esa persona es un ingenuo supersticioso.
Cada vez que yo lo menciono, me miran de una forma que siento que el que me escucha me quiere dar una palmada en la cabeza como si yo tuviera cuatro años.
Creo que el nombre actual, políticamente correcto para Dios es “el universo”, como en “el universo me está diciendo que tome este trabajo”, o “el universo me está diciendo que deje de comer carne roja”.
Un joven en California me mencionó a Dios justo antes de irnos al aeropuerto y resultó ser uno de los momentos más brillantes de un viaje maravilloso. Ya habíamos salido del hotel y presentado el billete al valet para pedir nuestro carro, quien se lo pasó a un joven delgado que se fue corriendo al estacionamiento.
En toda mi vida, he tenido la creencia secreta que puedes hacer mejor el día de meseros, mucamas y valets dándoles propinas inesperadamente generosas. La única evidencia que he tenido que mi creencia secreta puede ser correcta son las caras brillantes y las sonrisas felices de los meseros cuando nos miran a Pennie y a mí entrar a sus establecimientos.
Sí, te estoy alentando para que continúes siendo generoso con la gente que te lleva la comida, limpia tu cuarto y estaciona tu carro.
En fin, cuando el joven delgado llegó con nuestro carro, me dio las llaves y yo le di un billete de veinte. Lo vio y luego a mí. Luego al billete de nuevo, luego a mí. “¡Que Dios lo bendiga Señor! ¡Nunca me han dado uno de éstos! ¡Me dijeron que había un tipo dando propinas de a veinte y dije ‘Por favor Dios, déjame que yo le lleve su carro’! ¡Y aquí está usted! Gracias señor. Gracias”.
Nadie me había dicho nada parecido, pero quiero creer que le he hecho los días mejores a miles de extraños dejándoles saber que son reconocidos y apreciados.
Hace muchos años, un caballero mayor llamado Percy Ross era mi cliente. Ya no está y lo extraño mucho. Su columna en el periódico “Un millón de gracias”, aparecía en más de 800 periódicos en los Estados Unidos y yo le ayudé a sindicar su programa de radio en más de 400 estaciones.
Un día después de almorzar, Percy le dejó a nuestra mesera una suma exhorbitante de dinero, me hizo un guiño y dijo: “Quien da mientras vive, sabe a dónde se va”.
Me dio ese pedazo de sabiduría hace 34 años.
Ahora te lo estoy dando a ti.
Roy H. Williams

De acuerdo a TripAdvisor, el 31% de nosotros no deja nada de propina para las mucamas de hoteles que hacen nuestras camas, limpian nuestros baños, sacan nuestra basura y aspiran nuestros cuartos. Y de los que sí dejan propina, sólo dejan US$1 a US$5 al día. De acuerdo al Buró de Estadísticas de Trabajo, la mucama promedio sólo gana US$21,800 al año. Así que veinte, cuarenta, sesenta dólares es mucho más dinero para ella que para ti. ¿Estoy en lo cierto? — Indy Beagle.

El secreto del Poobah Mitzvah

El secreto del Poobah Mitzvah

Hace veinticinco años, hice tres cosas importantes.
La segunda más importante de ellas fue el lanzamiento del Memo del Lunes por la Mañana, aún cuando nadie pueda recordar cómo se llama. “He estado leyendo tu cosa de los Lunes durante más de 10 años”, es como comienza mi canción favorita. Nunca me canso de escucharla.
La tercera cosa más importante que hice en 1994 fue quedarme dormido en una moto y luego que me pasara un carro encima mientras estaba tirado inconsciente en la mitad de la calle. “Hipotermia inducida” es el nombre médico para quedarse dormido involuntariamente debido a un rápido descenso de tu temperatura corporal.
Fue el primer miércoles después del Día de Acción de Gracias — 30 de noviembre — y cada vendedor de mi lista de clientes necesitaba que lo calmara y le dijera que Santa no había sido secuestrado y que la Navidad no había sido cancelada.
Mi día comenzó escribiendo anuncios a las 2AM y terminó conmigo subiéndome a mi 1000cc BMW a las 10PM para manejar de la oficina a la casa.
El sol se había puesto detrás del horizonte y un frente frío había barrido todo el calor. “Cuatro millas, sin semáforos, sin tráfico. Voy a llegar a casa en tiempo récord.”
Una hora y media después, me desperté en la emergencia con muchos huesos rotos, ninguno de los cuales podía ser puesto de vuelta en su lugar. Me retuvieron durante la noche — 12 horas — para asegurarse que no tuviera heridas internas y luego estaba de vuelta en el trabajo a las 10:30AM. La Navidad y los vendedores no pueden ser retrasados.
Escribí con una mano — mi izquierda descoordinada — durante más de un año. Cuando me dolía el brazo derecho, alargaba mi mano izquierda para levantarlo y ponerlo sobre la mesa. Pero ese accidente de moto fue la menos importante de las 3 cosas que sucedieron ese año y la creación del Memo del Lunes por la Mañana fue la número dos, aún y cuando los primeros 100 de esos memos se convirtieron pronto en la trilogía de El Mago de la Publicidad.
El evento más importante de 1994 — por mucho — fue que Pennie y yo les dijimos a nuestros hijos que cada uno de ellos podía escoger una ciudad en el mundo y que yo los llevaría allí durante una semana mientras el otro se quedaría en casa con su mamá.
Rex tenía 13 ese verano. Jake 11.
Una semana solos en una ciudad extraña con tu Papá es un rito-de-paso fascinante. Es probablemente la cosa más inteligente y mejor que he hecho jamás.
Permite que tu hijo o hija, nieto o nieta, amigo o vecino, escoja su ciudad sin guía, sin consejos, sin sugerencias de ninguna clase. Ellos tienen que tomar su decisión por sí mismos y luego anunciarla.
Me maravillan las ciudades que escoge la gente y sus razones detrás de sus decisiones.
Rex decidió que quería pasar 3 días en Las Vegas y luego volar en un avión diminuto al Gran Cañón en donde pasaríamos otros 3 días en una serie de desaventuras.
Jacob escogió Juneau, Alaska en donde fuimos a hacer pesca en alta mar, kayak en el océano, buscamos oro, aterrizamos en un helicóptero en el glaciar Mendenhall y luego caminamos por allí peligrosamente sobre el hielo resbaloso mientras el agua se recogía y entraba en agujeros sin fondo tan grandes como para tragarse a un humano. Pasamos una semana paseando por ese lindo pueblo de Alaska accesible sólo por aire, agua y tren. Juneau tiene tan solo 27 millas de pavimente y muchas de esas millas son el camino al aeropuerto. Pero más de 150 millas de túneles para buscar oro se encuentran escondidas en esas montañas.
El hijo de Rex, Hollister, cumplió 13 años este verano. Escogió Long Beach, California. Si estás leyendo esto el lunes 19 de agosto del 2019, Hollister y yo aún estamos allí. Indy Beagle nos prometió que él subiría fotos nuestras en la madriguera del conejo.
El hermano de Hollister, Gideon, va a escoger una ciudad en dos veranos. Su hermana pequeña, Edie, va a escoger su ciudad en el 2029 y el hijo de Jacob, Vance, va a escoger la suya en el 2030.
Los niños judíos esperan su bar mitzvah cuando cumplen 13 años y sus hermanas esperan su bat mitzvah cuando cumplen 12 o 13, dependiendo de la tradición de sus familias.
Nuestra tradición familiar no tenía un nombre cuando Rex y Jake escogieron sus ciudades hace 25 años, pero la Princesa Pennie y los nietos más viejos llaman a este evento el Poobah Mitzvah.
A algunos hombres los conocen como Abuelo, o Abuelito, o cualquier otro nombre cariñoso. Yo soy Poohbah.
Un Poobah Mitzvah es como el Memo del Lunes por la Mañana; no importa cómo lo llames. Lo único que importa es si lo haces.
No, no es demasiado tarde. La gente en tu vida nunca es demasiado vieja para tener una aventura contigo y la ciudad que visiten no tiene que ser lejos.
Pero sólo pueden estar ustedes dos. Esta es una de esas raras experiencias en las que tres son demasiados.
Si decides hacer esto con alguien a quien quieras, envía un párrafo o dos con fotos a tu beagle favorito, indy@WizardOfAds.com
Sospecho que los va a poner en la madriguera del conejo.
Y casi lo olvido; Indy dice Aruú.
Roy H. Williams

Todos preocupados por los erizos

Todos preocupados por los erizos

A veces compramos en línea para ahorrar tiempo.
Otras veces compramos en línea para ahorrar dinero.
¿Así que, qué exactamente es “la cosa grande”, la propuesta única de ventas de los negocios en línea?
Cuando no podemos esperar un día o dos para que lleguen las cosas por Amazon Prime, compramos de las tiendas reales para ahorrar tiempo. Y cuando esas tiendas tienen un evento de precios, les compramos para ahorrar dinero. ¿Así que, qué exactamente es “la cosa grande”, la propuesta única de ventas de los negocios reales?
Cuando no hemos escogido un proveedor en una categoría de producto o servicio, buscamos razones para tener confianza en un compañía sobre las demás. Esperamos encontrar un proveedor que sintamos no nos va a defraudar.
¿Te diste cuenta de la frase, “Cuando no hemos escogido un proveedor…”?
La meta de la publicidad es convertirse en el proveedor escogido de una persona. Ellos necesitan lo que tú vendes. Piensan en ti. Te compran. Fin.
Durante los 25 años que he escrito esos Memos del Lunes por la Mañana, he descubierto que la mayor parte del tiempo mis lectores están de acuerdo conmigo. Mis escritos confirman sus sospechas y les dan una voz a sus creencias más arraigadas. Pero cuando juego el papel de rompe mitos, obtengo una reacción completamente diferente. Jugué el papel de rompe mitos hace dos semanas.
¿Me das otra oportunidad para explicarme?
Estoy en profundo desacuerdo con la creencia que el Pensamiento de Erizo — enfocar todos tus esfuerzos en “una cosa grande” — es la clave para dominar tu categoría.
Pero sí estoy de acuerdo que una visión singular, “una cosa grande”, te da enfoque y claridad.
El enfoque y claridad te dan energía, entusiasmo, optimismo, creatividad, habilidad para resolver problemas y energía. Cuando no tienes enfoque y claridad, estás a la deriva en la oscuridad. Jesús habló de este principio en su famoso Sermón de la Montaña en las buenas nuevas de Mateo, capítulo 6:
“La lámpara del cuerpo es el ojo (visión). Si tu ojo (visión) está sano (enfocado), todo tu cuerpo estará luminoso; pero si tu ojo está malo (desenfocado), todo tu cuerpo estará a oscuras. Y, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué oscuridad habrá!”
Cuando Jesús habló de “una cosa grande” no estaba hablando acerca de dominar una categoría. Él estaba hablando acerca de la felicidad de tener un propósito y de la pasión que la acompaña.
Tu pasión te motiva.
Pero tu pasión no motiva a tus clientes. Ellos tienen pasiones y motivaciones propias.
Nunca permitas que un publicista te convenza que tus clientes te van a escoger simplemente porque estás apasionado por “una cosa grande”. Simplemente no es verdad.
No nos enamoramos por “una cosa grande”. Nos enamoramos por “muchas cosas pequeñas”.
Los clientes te van a escoger porque les caes bien. Y hay muchas cosas pequeñas que pueden hacer que les caigas bien. Es por esto que contar historias — hacer publicidad — debería venir siempre desde la perspectiva de las “muchas cosas pequeñas” de la zorra.
Traducido al idioma del publicista, las “muchas cosas pequeñas” se llaman apilar beneficios. “Muchas cosas pequeñas” también forman el arco narrativo de contar historias. Y contar historias es la forma en que creas la conexión con el cliente a través de la publicidad. Es la forma en que te conviertes en el proveedor escogido.
Permite que tus clientes miren un reflejo de sí mismos en ti y te van a escoger siempre.
Tu pasión no tiene precio. Es dorada. Te da un sentimiento de propósito. Tu pasión viene de tener un ojo que es “sano” — enfocado en una cosa grande.
Tu pasión es lo que empuja.
Tu pasión no empuja a tu cliente.
Dominar la categoría rara vez está determinado por pasión o inclusive por calidad. Puedes fácilmente nombrar diez categorías de productos y servicios cuyos líderes no son las compañías más apasionadas en sus categorías, ni siquiera las mejores. Los líderes de categoría dominan porque los clientes los escogen. Ellos dominan porque se conectan con más personas y hacen más ventas.
¿Quieres ser feliz? Vive como un erizo.
¿Quieres ser rico? Haz publicidad como una zorra.
Roy H. Williams

Los sistemas de creencias y las cicatrices que nos hicieron quienes somos

Los sistemas de creencias y las cicatrices que nos hicieron quienes somos

La mayor parte de libros de no ficción se escriben para construir reputaciones. Los escribimos porque queremos que nos miren como expertos. Queremos más oportunidades para hablar, más clientes, más reconocimiento. Estos libros de “cómo hacer las cosas” pareciera que se trataran acerca de su tema, pero se tratan acerca de su autor.
Esta clase de construcción de reputación fue la motivación detrás de mi trilogía de El Mago de la Publicidad.
Hay una segunda, menos poblada categoría de libros de no ficción cuyos autores tienen una motivación diferente. Esto libros parecen tratarse acerca del autor, pero si los miras detenidamente, se tratan acerca del lector.
Las memorias, cuando están bien escritas, revelan cómo están rotos, los triunfos y las tragedias del autor. Describen una travesía llena de eventos.
Las memorias nos inspiran y nos hacen creer que podemos hacer una diferencia. Nos alientan, enseñándonos cómo alguien más pasó este bosque oscuro y cómo también nosotros podemos pasar por él.
Nos reímos de los errores tontos, atesoramos a los compañeros fieles, lloramos con el sufrimiento y pérdida, aplaudimos las pequeñas victorias y sentimos que realmente conocemos al autor.
Las memorias no se escriben para construir reputaciones, si no para profundizar las relaciones.
Si quieres escribir unas buenas memorias, debes volverte vulnerable, revelando todos tus miedos y faltas y secretos. Si no lo haces vas a ser culpable del pecado de Margot Asquith:
“El amorío entre Margot Asquith y Margot Asquith vivirá como una de las historias de amor más lindas de toda la literatura”.
Dorothy Parker en su crítica de 1925 para el New Yorker de la Autobiografía de Margot Asquith.
Peor aún, podrían decir de ti:
“Es un hombre que se hizo a sí mismo y adora a su creador”.
La vulnerabilidad es el precio de la intimidad. La confesión es el precio de la confianza.
Nunca confíes en el consejo de un hombre que no cojea.
Son nuestros sistemas de creencias y nuestras cicatrices los que nos hacen quienes somos.
¿Quieres construir una cultura fuerte en la compañía que fundaste? Escribe tus memorias.
¿Quieres que tus clientes sientan que te conocen? Escribe tus memorias.
¿Quieres ser generoso con gente que no conoces, pagarlo por adelantado, ayudar a miles de personas que nunca vas a conocer? Escribe tus memorias.
¿Quieres que tus decendientes sepan quién fuiste, el barro del que fueron formados? Escribe tus memorias.
Otras personas van a enfrentarse a los miedos que tú te enfrentaste.
Otras personas van a cometer los errores que tú cometiste.
Otras personas necesitan conocer las lecciones que has aprendido.
¿Tienes la humildad — la vulnerabilidad — para contarnos cómo adquiriste tu cojera?
Roy H. Williams
Contacta a zac@WizardAcademy.org si quieres que te notifiquen de cualquier noticia relacionada con un Taller de Memorias. Si suficientes personas preguntan, lo vamos a poner en la agenda para principios del 2020. Para mientras, el prerrequisito perfecto ya está planificado del 5 al 6 de noviembre, Cómo construir la historia de tu compañía. CONSEJO: arrebata un cuarto en el campus mientras todavía puedas. — Indy Beagle