Archive April 24, 2023

Un intento sincero de entender

En 1947 un noruego tuvo curiosidad de ver si era posible que nativos de América del Sur estuvieran navegaran en una balsa durante 4,300 millas a través del Océano Pacífico para poblar las islas de la Polinesia.
La pregunta de quién pobló la Polinesia no era importante para nadie más que para Thor Heyerdahl.
Él comienza su libro bestseller de 1950 con estas palabras:
“Una que otra vez te encuentras en una situación extraña. Te metes en ella por grados y en la forma más natural pero, cuando estás justo en medio de ella, te sorprende de pronto y te preguntas a ti mismo cómo es posible que haya sucedido. Si, por ejemplo, te embarcas en el mar en una balsa de madera con un perico y cinco compañeros, es inevitable que tarde o temprano vas a despertar una mañana en el mar, tal vez un poco mejor descansado que de ordinario y comenzarás a pensarlo. Una de esas mañanas estaba sentado escribiendo en una bitácora húmeda de rocío…”
La evidencia de ADN probó que la teoría de Heyerdahl era incorrecta. Hoy sabemos con certeza que la Polinesia no fue poblada por suramericanos, sino que por asiáticos.
Pero a mí todavía me cae bien Thor Heyerdahl. Él quería saber si los suramericanos podían haber realizado esa travesía, así que construyó una balsa utilizando únicamente las herramientas y materiales disponibles en tiempos prehistóricos, se alejó de la seguridad suave de la orilla y tuvo una aventura maravillosa.
Ya no hacemos ese tipo de cosas, pero me gustaría que lo hiciéramos.
Ya no nos embarcamos para experimentar — con una mente abierta — las vidas de las personas que son distintas a nosotros. Ya no estamos dispuestos a “caminar una milla en sus zapatos” para que así podamos entenderles mejor. Lo que hacemos es buscar evidencia que nuestra propia perspectiva es la correcta y que todas las demás están equivocadas.
Nos ayudan en esta búsqueda impura, los algoritmos en el internet y las organizaciones de noticias con una sola tendencia que nos dicen exactamente lo que queremos escuchar.
Me cae bien Thor Heyerdahl y me cae bien John Howard Griffin.
Al igual que yo, John Howard Griffin nació en Dallas, Tejas, pero él llegó allí 38 años antes que yo.
Dos años antes que los Estados Unidos entraran en la Segunda Guerra Mundial, John Howard Griffin de 19 años se unió a la Resistencia Francesa como médico y ayudó a contrabandear judíos austriacos llevándolos a resguardo y libertad en Inglaterra.
Cuando los Estados Unidos entró oficialmente en esa guerra, Griffin sirvió en el ejército de los Estados Unidos en el Pacífico Sur en donde fue condecorado por valentía.
Conserva esa característica en la mente: valentía.
Mientras servía en las Islas Salomónicas, Griffin contrajo paludismo espinal el que lo dejó temporalmente parapléjico. Y luego una conmoción causada por una bomba japonesa hizo que se quedara ciego.
Once años más tarde, en 1957, su vista regresó sin explicación y allí es cuando comenzó la verdadera aventura.
Los Estados Unidos entonces estaba en guerra con sí mismos. La batalla de los derechos civiles era una olla hirviendo sobre una estufa en llamas, así que John Howard Griffin se afeitó la cabeza para ocultar su cabello lacio, tomó grandes cantidades de Oxsoralen en 1959 para oscurecerse la piel y pasó seis semanas viajando como un hombre negro en el sur profundo. Comenzó en Nueva Orleans, luego visitó Mississippi, Carolina del Sur y Georgia, moviéndose principalmente pidiendo aventón.
Cuando yo era joven, leí el libro de John Howard Griffin acerca de sus experiencias como un hombre negro y lo sentí con un diario sincero y directo. Muchas personas sintieron otra cosa, por supuesto, así que el Ku Klux Klan casi lo mata de una paliza en 1975. Y así va.*
Evidentemente, es más seguro estar a la deriva 4,300 millas a través del Pacífico en una balsa prehistórica que hablar acerca de razas en los Estados Unidos.
Roy H. Williams
*Escribí esas palabras — la frase favorita de Kurt Vonnegut — porque lo escuché diciéndola en mi mente después de escribir la frase anterior.

Tu personalidad empuja tu negocio

Mi amigo David Freeman me dio una herramienta hace unos 20 años que he usado con mucha eficacia. David le enseña a guionistas y novelistas cómo crear personajes ficticios que te atraen hacia ellos como imanes.
No es mi objetivo enseñarte la técnica de David el día de hoy, ni te voy a enseñar una versión simplificada. Lo que espero hacer es ayudarte a entender que tu negocio tiene una personalidad. Si no la tiene, entonces no tienes una marca; tienes un logo y una guía de estilo visual.
Una marca poderosa es un personaje imaginario que vive en la mente del consumidor, nada distinto a esos personajes imaginarios que habitan las grandes novelas y shows de TV y las películas. Si te sientes conectado a una marca, es porque esa marca representa algo en lo que crees.
Cada uno de nosotros es una pieza de rompecabezas y cuando vemos una pieza de forma extraña que va a cazar en un agujero de forma correspondiente en la auto-imagen que estamos tratando de completar, sentimos que tenemos que tener esa pieza.
Si eres dueño de un negocio, la personalidad de ese negocio va a ser un reflejo de tu propia personalidad. Y las áreas de tu negocio que necesitan mejoras usualmente van a reflejar las áreas de tu vida que necesitan mejoras.
Tu personalidad empuja tu negocio. Es por esto que tu negocio siempre va a reflejar tu personalidad. Realmente necesitas capitalizar eso.
Los consultores de mercadeo más brillantes van a:
Identificar las características de tu marca. Es totalmente posible que tu nunca tuviste la intención que tu marca tuviera esas características, pero siempre van a estar allí. Los mejores consultores de marca quieren responder la pregunta: “¿Qué mueve a esta marca a pensar, hablar, actuar y ver el mundo en la forma en que lo hace?”
Amplificar esas características de manera que la marca tenga una personalidad distintiva. No nos identificamos con los productos o servicios que no tienen una personalidad.
Construir todos los mensajes para que reflejen la personalidad que ha estado allí siempre. Cuando haces esto, la eficiencia de mercadeo se acelera y la adquisición de clientes crece a un nuevo nivel.
Hace una semana me reuní con el dueño de una compañía de fabricación de muebles que diseña todos sus propios productos. Luego de pasearme por su página web, le dije: “Cualquiera que ame Apple y Tesla va a amar tus muebles”.
Sus ojos se agrandaron y me dijo: “¡Esas son las marcas que idealizamos mi equipo y yo! ¿Cómo lo supiste?”
Le respondí: “Tus diseños reflejan los mismos valores y creencias que esas marcas.”
“Rechazas los estilos y tradiciones establecidos.”
“Vas detrás de esa imagen limpia y simple y la sensación de diseño elegante.”
“Creaste un jardín amurallado; tus cosas no se mezclan bien con otras. Y tus cosas con caras.”
“En tu interior, eres un líder y no un seguidor.”
Estas son las características que definen la marca que creaste. Todo lo que necesitas hacer ahora es comenzar a comunicarte con el público en la voz de esa marca.
No estaba seguro de compartir las características que definen las marcas creadas por Steve Jobs e Elon Musk contigo porque sería muy fácil hacerte decir: “¡Yo también creo en esas cosas! Soy igual que Steve Jobs e Elon Musk.”
Aunque pueda ser que tu cosmovisión se traslape con la de Steve e Elon, es muy poco probable que compartas el mismo diamante de personalidad. Habiendo utilizado esta herramienta durante aproximadamente 20 años, nunca he visto una compañía que refleje a Tesla y Apple en cada uno de sus 4 puntos cardenales.
Las características que definen tu compañía — tu marca — probablemente son diferentes de las marcas creadas por Steve Jobs e Elon Mus. Es difícil construir to propio diamante de personalidad porque no te ves a ti mismo en la misma forma que otras personas lo hacen. Es difícil leer la etiqueta cuando estás adentro de la botella.
Necesitas a alguien afuera que mire tu marca y te ayude a entender la personalidad de este maravilloso personaje imaginario que creaste de manera inconsciente.
Este es el primer paso esencial que hace que todos los otros elementos de tu plan de mercadeo se reúnan y canten en armonía.
Roy H. Williams

Celebra a tu compañero

 

¿La gente de menos de 50 sabe qué es una yunta? Sinceramente no lo sé. Cuando considero que millones de estadounidenses no saben cómo utilizar un teléfono rotativo, puedo creer fácilmente que puedan estar poco familiarizados con ese implemento de madera utilizado para unir un par de caballos o mulas o bueyes para que puedan “halar juntos” y conseguir cosas que ninguno de los dos pudiera haber hecho solos.
Tienes gente en tu vida a la que estás ayuntado. Estás conectado con ellas.
Tenemos nombres para estas conexiones: Esposo. Esposa. Hermana. Hermano. Compañero de vida. Socio. Colega de trabajo.
Irrespectivamente de cómo estén conectados, puedes fortalecer esa conexión y crear una camaradería maravillosa haciendo dos cosas sencillas:
Haz una lista de todas las cosas que admiras de tu compañero. Tú conoces sus superpoderes. Tú conoces sus momentos brillantes. Enfoca tu atención en sus talentos y habilidades.
Celebra a tu compañero. Cuéntale a la gente las cosas maravillosas que has visto hacer a tu compañero. Tu audiencia estará impresionada y deseará tener un compañero como el tuyo.
Tu compañero estará más feliz. Tú estarás más feliz. Literalmente no hay desventaja en esto.
Pero la persona que realmente necesita escuchar estas historias eres tú.
Los sentimientos siguen a las acciones. Cuando te enfocas en los superpoderes de tu compañero — esas cosas que hacen excepcionalmente bien — y cuentas historias felices de las cosas que has visto hacer a tu compañero, vas a recordar lo afortunado que eres de tener a esa persona en tu vida.
Si estás frustrado con tu compañero, probablemente es porque te has estado fijando en sus debilidades y quejándote con otros acerca de ellas.
Has estado contando las historias equivocadas.
Los sentimientos siguen a las acciones.
¿Te acabo de escuchar decir: “No puedo evitar cómo me siento”?
¡Claro que puedes!
En vez de contar la verdad negativa acerca de tu compañero, busca aquellas cosas que tu compañero hace bien y comienza a contar una verdad diferente; una verdad positiva, afirmante.
Tus sentimientos pueden cambiar. Y tu compañero lo hará también.
Roy H. Williams
NOTA DE INDY— El mago responde una pregunta GIGANTESCA hecha por Nick en la página 3 de la madriguera del conejo. A mí me interesaba la respuesta, apuesto que a ti también. – Indy Beagle

“Mork llamando a Orson. Responde, Orson.”

He estado en un estado de ánimo reflexivo últimamente. Desconectado de mi amada rutina de escribir un océano de anuncios a la mitad de la noche, he estado examinando la vida de la gente que afilaron sus habilidades a tal grado que perforaron el cielo y se encontraron a sí mismos habitando cuerpos hechos de aces de luz.
Una personalidad más grande que la vida, saturada en talento deslumbrante, es combustible. Dale a esa persona la más pequeña chispa de oportunidad e instantáneamente van a prender fuego.
Ernest Hemingway encarnó el machismo triste de la Generación Perdida y se convirtió en un ícono cultural. Hunter S. Thompson encarnó la contracultura psicodélica de la siguiente generación y se convirtió en un ícono cultural. Al llegar al final del Juego Salvaje del Sr. Sapo, ambos se dispararon.
Pero años antes que él halara ese gatillo, Thompson escribió:
“La vida no debería ser un viaje a la tumba con la intención de llegar seguros en un cuerpo lindo y bien preservado, sino derraparse en la curva cubierto de una nube de polvo, completamente usado, totalmente agotado y proclamando fuertemente ‘¡Vaya! ¡Qué Buen Viaje!’”
Robin Williams tenía 27 años cuando se encontró la mínima chispa de oportunidad que lo envolvió en destellos dorados de una carrera y una vida y le prendió fuego. Entró en las salas de los Estados Unidos como Mork, un visitante en la Tierra del planeta Ork, en un show llamado Mork y Mindy que salió al aire en ABC de 1978 a 1982.
Cada episodio terminaba con Mork cerrando los ojos y — a través de sus pensamientos — contactando a un ser invisible llamado Orson, con quien él compartía sus observaciones del día.
Justo ahora estás esperando que yo te cuente que Robin Williams se ahorcó a sí mismo, pero tú ya lo sabes, así que no necesito mencionarlo.
Me interesa el personaje invisible como dios llamado Orson. Es un nombre interesante para un dios, ¿no lo crees?
Mi teoría es que el guionista del show estaba pensando, consciente o inconscientemente, acerca de Orson Welles, el talento deslumbrante que nos dio La Guerra de los Mundos, un evento radial de 1938 que nunca ha sido igualado y El Ciudadano Kane, la película de 1941 que Orson escribió, dirigió, produjo y en la que actuó en el papel principal.
El Ciudadano Kane frecuentemente es citada como la mejor película hecha jamas.
Si Robin Williams, un ser híper creativo de otro plantea, está hablando a un gigante épico de ese otro planeta, no me sorprende que el gigante de ese mundo se llame Orson.
David Thomson, escribiendo para The Guardian el 22 de octubre del 2009, dijo:
“El Orson Welles de 1936-42 trabajaba 20 horas al día, comía comidas dobles para poder continuar, perseguía mujeres jóvenes bonitas como un demonio y vivió como si no hubiera mañana. Él trabajaba, al mismo tiempo, en la radio, en el teatro y en preparación para su gran película. Él era una figura gigantesca en la vida de los Estados Unidos: una ofensa a Hollywood en la forma en que alcanzaba un contrato a carta abierta y un niño prodigio de tal arrogancia que se decía de él: ‘Allí, por la gracia de Dios, va Dios.’”
“Si Orson Welles nunca hubiera hecho El Ciudadano Kane, él sería un fenómeno. Pero lo hizo y eso nos convierte a todos en sus hijos. Sus verdaderos hijos te pueden decir que esa era una vida difícil y triste qué llevar. Lamentablemente.”
“Pero recuerda esto: Orson murió solo en 1985 y puedes leer los reportes como señales de tristeza. Al contrario, sospecho que él estaba emocionado al extremo al final. La verdadera tristeza es tener US$5Millardos y no saber qué hacer con ello.”
Orson Welles y yo nunca nos conocimos, pero le doy crédito de darme el mejor consejo acerca de escribir anuncios que he recibido.
Orson escribió:
“Quiero darle a la audiencia una pista de una escena. Nada más que eso. Dales demasiado y no van a contribuir nada por sí mismos. Dales tan sólo una sugerencia y los tienes trabajando para ti. Eso es lo que le da significado el teatro: cuando se convierte en un acto social.”
– Orson Welles
Cada página web de comercio electrónico busca el involucramiento del cliente. Cada bloguero busca el involucramiento del lector. Cada autor de podcasts espera el involucramiento del escucha y cada YouTubero está tratando de alcanzar el involucramiento del vidente. Y una de las formas principales que ellos miden el involucramiento es por la cantidad de tiempo que pasas con ellos.
Orson Welles nos dijo cómo hacerlo: Dale a tu audiencia una pista de una escena. Haz que participen llenando lo que dejaste fuera. Haz que trabajen para ti contando tu historia. Hazlos cocreadores. Cuando se convierte en un acto social para el comprador, lector, escucha o vidente el hecho de tomar lo que les estás dando — y llenar lo que dejaste fuera — allí es cuando alcanzaste el involucramiento.
Gracias por estos cuantos minutos que me das cada semana.
Siempre espero este tiempo que paso contigo.
Roy H. Williams
P.D.: Indy Beagle encontró un video de Robin Williams que realmente quiere que mires y que te está esperando en la página 1 de la madriguera del conejo. Simplemente haz clic sobre la imagen de Indy Beagle al principio de esta página y ¡Shazbot!, estás dentro.