Los griegos de hace muchos años tenían dos palabras para el tiempo: Kronos (χρόνος) y Kairos (καιρός).
Kronos es el tiempo cronológico, el tiempo secuencial, el tiempo medido del hemisferio izquierdo regimentado del cerebro.
Kairos es un punto de inflexión, una ventada de tiempo de largo indeterminado durante el cual sucede algo consecuente.
Al otro lado del Kairos, las cosas son diferentes para siempre.
El tiempo Kronos es cuantitativo y preciso.
El tiempo Kairos es cualitativo e importante.
Lo que sucede con los momentos de Kairos es que puedes verlos de forma más clara cuando están detrás tuyo.
Tomamos decisiones todos los días y con cada decisión que tomamos llegamos a un punto sin retorno y nos preguntamos qué pudiera haber sido.
Yo creo que vas a estar de acuerdo conmigo que algunas decisiones tienen brazos más largos que otras. Son más consecuentes. Acarrean más Kairos y afectan más profundamente nuestro futuro.
Yo creo que vamos a nadar en momentos de Kairos durante el 2022, 2023 y 2024. Puedo ver sus siluetas en el horizonte al atardecer. Sal a caminar esta tarde, justo cuando el sol desaparece debajo de la orilla oeste del mundo y medita acerca de las siluetas de los eventos que aún no han sucedido.
Estos momentos de consecuencia flotan como icebergs en una oleada creciente de desinformación y nos llegan empujados por el aliento de los noticieros. Uno-a-uno, van a llegar pronto.
La frustrante realidad es que no vamos a tomar estas decisiones pivotales de forma individual; vamos a tomarlas colectivamente.
Payasos a mi izquierda, bromistas a mi derecha, aquí estoy, clavada en el medio contigo.
Roy H. Williams
