La piedra dura era simple arena, de la clase que ves en la playa.
Si te acuestas sobre la arena, vas a dejar tu huella. Pero si te acuestas sobre piedra, te deja la huella a ti. Cada persona que comienza un negocio espera dejar su marca en la arena. Si ese empresario es disciplinado, comprometido y consistente, su marca se convertirá e piedra y dejará su marca en futuros empleados.
¿Alguna vez se te ocurrió que los procesos y procedimientos, las políticas y garantías de una compañía son un reflejo directo de las preferencias y creencias de su Oficial Ejecutivo en Jefe [CEO por sus siglas en inglés]?
La cultura de la compañía, el compromiso, la camaradería — o su ausencia — son simplemente un reflejo de la forma de ese CEO. Mira detenidamente cómo se reclutan los empleados de una compañía y cómo son evaluados, motivados y compensados y verás el tamaño y forma precisos del CEO de esa compañía.
Escucha cómo hablan los empleados de esa compañía acerca de su trabajo, su jefe, sus productos y sus esperanzas para el futuro y vas a escuchar un eco audible del alma del CEO.
Las compañías no saltan a la existencia por sí mismas. Nacen en la imaginación de un empresario cuando se acuesta en la arena y luego se llevan a la existencia a través de la magia del tiempo, energía y dinero. Y si la compañía perdura, cada cliente futuro va a experimentar los valores y creencias y prioridades del CEO de hace tiempo cada vez que interactúen con la compañía que dejó atrás ese CEO.
¿Te das cuenta que estoy hablando acerca de más que tan solo dueños de negocios y sus negocios, verdad?
Estoy hablando acerca de abuelos y padres y sus hijos y los hijos de sus hijos y escuelas y religiones y universidades y culturas y prisiones y guerras y las películas que hacemos y los libros que leemos y los hobbies a los que les dedicamos nuestro tiempo y dinero.
Estoy hablando acerca de nuestra travesía colectiva a través de las arenas del tiempo.
Cuando te acuestas sobre la arena, vas a dejar tu huella.
Cuando te acuestas sobre piedra, te deja la huella a ti.
Roy H. Williams