Frecuentemente comparto los recuerdos de viejos sabios que me dieron buenos consejos.
Uno de mis nietos cumple 17 años hoy, así que voy a jugar el papel del viejo.
La persona a quien estoy aconsejando eres tú.
Siempre da la verdad negativa mientras la venta esté pendiente. Si sonríes y logras la venta y te callas hasta que llega ese momento predecible de crisis, la verdad ya no va a sonar verdadera. Sólo va a sonar como que estás buscando excusas.
Dile a tu cliente lo que merece saber mientras aún tienen la oportunidad de irse. Míralo a los ojos y adviértele. Hazlo un momento que nunca olvidará.
A los tontos les atraen los mentirosos resbaladizos y brillantes que les van a decir lo que quieren escuchar. Pero cuando tú dices la verdad negativa mientras la venta está pendiente, filtras a los tontos.
Cuando un tonto escucha tu advertencia y se aleja, tú baila y canta. ¡Regocíjate! No quieres vivir tu vida rodeado de tontos ansiosos, nerviosos y juzgones.
Di la verdad cuando es no es lo que más te conviene. La gente lista va a confiar en ti. Tus relaciones perdurarán durante décadas.
Cuando todo está a favor y no hay peros, puedes tener por seguro que alguien está mintiendo.
El pero del consejo que te di hoy es que definitivamente vas a perder ventas que pudieras haber hecho.
Lo bueno es que no querías hacerlas en realidad. No sólo hubieras perdido a ese cliente en unos meses, hubieras erosionado tu integridad y perdido tu auto-respeto en el proceso.
Y si continúas erosionando tu integridad, te vas convertir en resbaladizo y brillante muy pronto.
Roy H. Williams