
Extremis es una palabra en latín que significa que estás en circunstancias extremas, una situación desesperada, un predicamento terrible o el filo de la muerte.
“Existe una gran tensión en el mundo, tensión hacia un punto de quiebre y los hombres están infelices y confundidos. En momentos así me parece natural y bueno hacerme estas preguntas. ¿En qué creo? ¿Para qué debo luchar y en contra de qué debo luchar?”
Te diré quién dijo eso en un momento.
Aquí te va otra cita directa:
“Es de vida o muerte para los Estados Unidos, te dice la gente. Debates con enojo acerca de impuestos, religión y relaciones raciales inflaman los periódicos. Todo el mundo está hablando de política: tu esposo, tu hija adolescente, tu jefe, tu tendero. Los vecinos te ven con sospecha, presionándote para que compres cosas locales. Multitudes enojadas se reúnen, oliendo a licor y amenazando con violencia; sus líderes guiñan, confiados que el fin justifica los medios. Las tiendas vendieron todas las armas.”*
¿Estás listo para escuchar las dos oraciones finales?
“Es 1775 en las colonias inglesas en América. ¿De qué lado estás?”*
Esa primera cita acerca de “la gran tensión en el mundo” y los hombres estar “infelices y confundidos” viene de John Steinbeck en 1941. Te apuesto que pensaste que era más reciente, ¿verdad?
No hay nada nuevo bajo el sol. ¿Hay algo de lo que se pueda decir: “¡Mira! Esto es algo nuevo?” Ya estaba aquí, desde hace mucho tiempo; estaba aquí antes de nuestros tiempos. Nadie recuerda las generaciones pasadas y aún aquellos que vendrán no serán recordados por los que les sigan.
Si eso te suena familiar, es porque lo dijo Salomón hace 3,000 años en el Libro de Eclesiastés.
Este es mi punto: Sí, el mundo está en extremis, pero siempre hemos estado en extremis.
Así que pasa de ellos. Supéralo.
Mejor aún, usa tu recuperación del extremis para desatar el gozo, la pasión, una inundación de creatividad y un enfoque flameante que te lleve a lugares donde nunca has estado.
Cuando te recuperas de un estado de extremis, abres una puerta escondida hacia la mente inconsciente. Es una catarata que no cae hacia abajo, sino que se precipita hacia el cielo.
Si quieres cabalgar esa catarata, sólo tienes que salir de tu extremis. Déjalo atrás. Supéralo.
Deja de darle tu atención a las noticias.
No te digas a ti mismo:
“¡Pero si todo el mundo deja de ponerle atención a las noticias, no habría indignación social, vigilancia ni rendición de cuentas!”
Déjame aclararte algo. Hay cero posibilidades que todos dejen de ponerle atención a las noticias. Es una adicción como cualquier otra. Me preocupa que tú no tengas la fortaleza, la fuerza de voluntad o la disciplina para alejarte.
Si monitoreas las noticias por el resto de tu vida, ¿cuál es la posibilidad que hacerlo cambie algo, tan siquiera un poquito? ¿Estar consciente que hay cosas fuera de tu control te va a dar la habilidad para cambiar esas cosas?
Aléjate del lado oscuro. Como Skywalker. Abraza la luz.
Y ten un feliz, nuevo, año.
Roy H. Williams
*Caitlin Fitz, “The Accidental Patriots”, The Atlantic, Dec. 2016