Cuando se lidia con personas talentosas

Cuando se lidia con personas talentosas

Cuando se lidia con personas talentosas

El Talento es Competencia Inconsciente; un superpoder con el que naciste. La gente que nace con un superpoder usualmente tienen dificultad en enseñarte a ti cómo hacerlo.
Las Habilidades con Competencia Consciente; excelencia adquirida, comportamiento aprendido. La gente que adquiere sus habilidades a través del estudio y la práctica usualmente son excelentes instructores.
Las personas talentosas son difíciles de administrar. Si les dices qué hacer, lo van a hacer a lo mejor de sus habilidades, pero el resultado no va a ser ni de cerca tan maravilloso como podría haberlos sido si simplemente las hubieras inspirado.
Para inspirar a una persona talentosa, describe — en términos abstractos — el impacto que deseas. Llena tu descripción con símiles y metáforas como “Quiero que la gente sienta la primavera y alas de mariposas y el primer beso de un amor tierno. Quiero que sientan nuevos comienzos, el perdón, esperanza fresca y una página en blanco”.
Tu persona talentosa va a proceder a sorprenderte con algo que nunca imaginaste.
Me topé con esta técnica por un accidente feliz en 1980 cuando una empresa que comenzaba necesitaba un logo. Pennie y yo acabábamos de conocer a un artista gráfico en un evento de la iglesia, así que lo contactamos para que nos guiara. Cuando se trataba de colores y colores y símbolos y señales, Jim Collum vivía en un mundo propio.
Era tentativo, reclusivo y de humor cambiante. Pero yo puedo hablar en esos idiomas.
¿Has escuchado acerca de los Portales y los Doce Lenguajes de la Mente, la clase en comunicaciones multidisciplinarias en la Academia del Mago? Puedo encontrar los comienzos de esa clase allá a las 5 o 6 conversaciones que tuve con Jim Collum hace 39 años.
Él accedió a diseñar mi logo por US$500, exactamente el monto que tenía presupuestado. Mi nuevo problema era que le tenía que decir a un artista profesional que me doblaba la edad qué era lo que yo quería y yo no tenía ni idea de lo que estaba haciendo.
Estaba nadando en aguas demasiado profundas para mí, así que hice lo único que sabía cómo hacer: le di a Jim una lista de metáforas y le pedí que diseñara un logo que comunicara su denominador común.
“Jim, ¿alguna vez has jugado Monopoly?
“Claro.”
“¿Conoces al tipo en las tarjetas con el sombrero de copa y el monóculo?”
“El Hombre de Monopoly no tiene un monóculo. Lo confundiste con el Sr. Maní.”
“Ok, imagina al Hombre Monopoly con el monóculo del Sr. Maní. Para mí, un sombrero de copa y un monóculo dicen: `dinero-de-muchas-generaciones´. Un Mercedes grande, gris oscuro. Un pisacorbatas de diamante. Un club de campo de golf. Seguro. Establecido. Sin riesgo. Exclusivo. Como una cuenta de bancos suiza.”
“Ya lo tengo. Regresa en una semana.”
En alguna parte de la tirazón de mi vida desorganizada, tengo una copia de ese logo. Quisiera encontrarla para ti. Era un cuadrado perfecto conformado de 4 cuadrados más pequeños que estaban separados por una margen angosto, vacío: una gráfica de intersección.
Tres de eso cuadrantes eran de un gris oscuro, plateado, pero el cuadrante de la esquina superior izquierda era negro. Y el cuadrante de la esquina inferior derecha de este cuadrante negro era dorado, el destello de luz de un monóculo. Un pisacorbatas de diamante.
Era un logo puramente abstracto que comunicaba todo lo que yo le había dicho a Jim. Todos los que lo miraban veían `dinero viejo… seguro, establecido, sin riesgo, exclusivo, como una cuenta de bancos suiza.´
Ese cuadrado dorado era sólo un dieciseisavo del logo pero demandaba toda la atención. Era el cuadrante superior izquierdo de un cuadrado invisible que percibías al centro del logo.
Era el destello de luz que miras en la orilla de la pupila en un ojo.
Jim jamás me explicó nada de esto, pero lo vi inmediatamente y lo mismo el resto del mundo.
Yo creo que todos son genios. Todos tienen un superpoder. Cada persona tiene un talento escondido.
Tu trabajo es descubrir ese talento e inspirarlo. Hacemos eso por nuestros hijos y nietos.
Tal vez también deberíamos hacerlo para nuestros compañeros de trabajo y nuestros amigos.
Indy te está esperando en la madriguera del conejo.
Roy H. Williams

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