Ancho de banda y propósito

Ancho de banda y propósito

Ancho de banda y propósito

¿Tu ancho de banda te está impidiendo cumplir con tu propósito?

¿Tienes mucho qué hacer y muy poco tiempo?

Tu ancho de banda está limitada por:

  1. El número de horas en un día.
  2. Tu energía física y capacidad.
  3. Tus límites mentales y emocionales como ser humano.
  4. Tu inhabilidad para maniobrar el número de deseos, necesidades, demandas y emergencias que te lanzan.

No importa qué tanto estés tratando de sobreponerte a estos límites, están allí, son reales y van a permanecer allí.

Lo más probable es que has estado al límite de tu ancho de banda durante hace ya algún tiempo.

El ancho de banda es fácil de explicar, pero el propósito es difícil de explicar porque puede venir de fuentes múltiples, puede ser evaluado de perspectivas múltiples y se le puede conocer por muchos nombres.

  1. ¿Es tu propósito alcanzar tus metas, el cumplimiento de tu visión, el tachar ese último ítem de tu lista de cosas pendientes?
  2. ¿Tu propósito es dictado por tus circunstancias? ¿Es el cumplimiento de tus deberes como hijo o hija, esposo o esposa, padre o madre, abuelo o abuela, como amigo leal o empleado?
  3. ¿Tu propósito te es escogido por algo o alguien más grande que tú mismo? ¿El destino, el universo o Dios?

No tengo ninguna objeción en contra de cualquiera de estas creencias.

Esta es mi preocupación: estoy sujeto a la tiranía de lo “meramente urgente” del diario, así que rara vez me detengo a preguntarme a mí mismo, “¿Cuáles serían las consecuencias si decidiera ignorar esto?”

Me encuentro a mí mismo dejando para más tarde lo verdaderamente importante, día tras día, para encargarme de una lista sin fin de obligaciones pequeñas-pero-urgentes.

¿Soy sólo yo o tú también estás haciendo eso?

No estoy pidiéndote ayuda o consejo.

Y definitivamente no te estoy diciendo cómo vivir tu vida.

Sólo estoy compartiendo una observación personal:

Las cosas urgentes rara vez son importantes.

Las cosas importantes rara vez son urgentes.

Y aprender a distinguir unas de la otras

Es la clave para una vida más feliz, sana y productiva.

Si tú y yo dijéramos que sí a una cosa grande cada día y no a todas las cosas pequeñas, ¿cuánto más lograríamos alcanzar?

Roy H. Williams

Comments are closed.