La travesía de allá para acá

La travesía de allá para acá

La travesía de allá para acá

Las decisiones que nos cambian la vida frecuentemente parecen pequeñas en el día que las tomamos.

1978 — Todo el mundo se había ido a casa. Yo estaba solo en la bodega, esperando que viniera Pennie a recogerme. Yo había estado todo el día instalando drenajes para casas. Me pagaban US$5 la hora por el trabajo.

Sólo teníamos un carro.

Aburrido, hojeé la guía de teléfonos para ver si Tulsa tenía uno de esas líneas de mensajes pregrabados de “marque-por-una-oración” que pudiera llamar para pasar el tiempo.

Había tres.

Me quedé horrorizado.

Más tarde esa noche vi a mi amigo “Charlie el Feliz” Myers y le conté lo devastadoramente malos que habían sido esos mensajes. Mi esperanza secreta era que Charlie se ofreciera de voluntario para crear un mensaje diario más interesante. Dije: “Alguien debería de…”

Antes que pudiera terminar esa frase, Charlie metió su mano en el bolsillo, me agarró la muñeca volteando mi mano hacia arriba, puso un billete de 10 dólares en la palma, me vio a los ojos y dijo: “Y tú eres justo el hombre para hacerlo. Aquí tienes diez dólares. Déjame saber a qué número llamar cuando esté instalado el equipo.”

Había permitido que mi boca de lagarto le diera a mi trasero de colibrí más de lo que podía manejar y Charlie me había atrapado.

Esos diez dólares serían el único dinero que iba a recibir de “Daybreak”, mi mensaje grabado diario, porque nunca le dije a nadie cómo podían comunicarse conmigo. Nuestro número de llamadas diarias llegó tan alto, que Pennie y yo tuvimos que instalar más líneas y alquilar equipo adicional porque demasiadas personas recibían un tono de ocupado.

Me gastaba como 3 horas de tiempo de escritura cada día y el 25% de nuestros ingresos familiares de cada mes para fondear una empresa para la que nunca hubo un plan para el retorno de inversión.

Pero era la mejor Clase Maestra de Escritura de Anuncios.

Si escribes un mensaje nuevo — 7 días a la semana — que es suficientemente interesante para hacer que completos extraños marquen de forma voluntaria un número de teléfono cada día para escuchar ese mensaje, tus amigos te van a comenzar a pedir que les escribas anuncios.

Pero escribir anuncios toma mucho tiempo. Tanto, de hecho, que “Daybreak” se convirtió en un fax semanal de una hoja llamado El Memo del Lunes por la Mañana. Ese fax luego se convirtió en un correo electrónico y un podcast.

Tú lo estás leyendo o escuchando justo en este momento.

1998 — exactamente 20 años después que el Charlie Feliz Myers somatara el billete de diez dólares en mi mano, Bard Press reunió 100 de esos memos y El Mago de la Publicidad se convirtió en el Libro de Negocios del Año. Las Fórmulas Secretas del Mago de la Publicidad (1999) y Los Mundos Mágicos del Mago de la Publicidad (2001) se convirtieron en bestsellers del Wall Street Journal.

Luego Pennie encontró una meseta de 21 hectáreas que domina Austin desde 900 pies sobre la ciudad y sugirió que construyéramos un campus para artistas y emprendedores.

2018 — exactamente 20 años después que El Mago de la Publicidad fuera publicado — estoy preparándome para pasarle La Academia del Mago a una nueva generación de líderes y comenzar un nuevo capítulo de mi vida con la Princesa.

Pero suficiente de mí mismo.

2018 — Hablemos de ti. ¿Ya hiciste el mapa de la travesía que te trajo a donde estás? Yo te acabo de enseñar cómo hacerlo.

1 Encuentra un momento que, visto hacia atrás, parezca de buen augurio.

2 Comienza tu mapa en ese momento en el tiempo.

3 Busca otros momentos determinantes y positivos.

4 Averigua en dónde deberían estar en tu mapa.

5 Conecta los puntos.

Lo divertido de este ejercicio es que:

1 Te recuerda quién eres.

2 Te enfoca la atención en recuerdos buenos, no malos.

3 Te da un atisbo de lo que pudiera — tal vez — esperarte a la vuelta de la esquina.

Y ahora una Bendición del Viajero que condensé de la Tefilat Haderekh, la oración del viajero tradicional hebrea:

Que Dios guarde tus pasos hacia la paz y haga que llegues a un destino feliz. Que Él te rescate de la mano de cualquier enemigo y cualquier emboscada en el camino. Y que te la pases maravilloso.

Roy H. Williams

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