La Familiar Cara del Fracaso (Hay algunas lecciones que nunca aprendemos)

La Familiar Cara del Fracaso (Hay algunas lecciones que nunca aprendemos)

La Familiar Cara del Fracaso

(Hay algunas lecciones que nunca aprendemos)

Para mí, la familiar cara del fracaso cuelga como un Retrato Real sobre la gran escalera de mi comportamiento social.

Antes que lo que quiero decir sea obscurecido por esa metáfora florida, simplemente estoy declarando para el registro – ante Dios, el mundo y tú – que mi error recurrente más grande es que frecuentemente decepciono a mis amigos.

No a mis amigos casuales. No, jamás a ésos. Decepciono a los amigos a los que más quiero.

Esto sucede porque permito que lo simplemente urgente desplace a lo verdaderamente importante.

De hecho, lo estoy haciendo en este momento. Debería estar respondiendo correos que me enviaron Garrett y Dan y otro amigo al que he llamado “Otro Roy” durante más de 25 felices años. Pero este es el día en el que viene el servicio de la basura, así que tengo que sacar nuestros carritos de basura y reciclaje a la banqueta ahora mismo para que la Princesa Pennie no se preocupe que vamos a perder el camión. Luego de hacer eso, voy a escribirles respuestas bien pensadas y elaboradas a Garrett y Dan y Otro Roy… tan pronto como escriba los cuatro anuncios que le prometí tener a mi cliente para las 8AM. Pero antes de hacer eso – sólo para sacarlos de la lista – sacaré unas respuestas de 5 a 12 palabras a otros 26 correos que de verdad no mucho importan.

¿Ya puedes ver hacia dónde va esto, verdad?

He tenido “Escribirle a Garrett” cerca del principio de mi lista de pendientes durante exactamente 21 días. “Escribirle a Dan” ha estado justo encima durante 63 días. Y he dejado a un lado el responderle a tantos correos del “Otro Roy”, que todavía me sorprende que aún me hable. Y esos son sólo 3 de los nombres de una lista que se extiende por toda la extensión de nuestra gran escalera.

No quiero dar respuestas “rapiditas” a medias a estos buenos amigos, entonces resultan no obteniendo ninguna.

Yo hablo de forma temeraria, pero escribo con cuidado. Demasiado temerario y demasiado cuidadoso, si somos del todo honestos. Así que la gente que me conoce por lo que escribo me conoce en mi mejor momento y la gente que me conoce por lo que hablo me conoce en mi peor. Me juzgo a mí mismo por lo que escribo. Supongo que es por eso que soy muy reticente para escribirles de forma rápida a la gente que me importa más. No quiero que lean una pobre representación mía, así que retraso el responderles y confío en que me perdonen.

Espero que algún día crezca y deje estos malos hábitos. (Indy se está riendo mientras lee esto sobre mi hombro porque sabe que pronto voy a celebrar el 29 aniversario de mi 30 cumpleaños.)

En fin. Ese soy yo.

¿Y tú? ¿Tienes una falta recurrente, una cara familiar del fracaso?

Envíala a indy@wizardoads.com

Te diría que me la envíes a mí, pero ya sabemos cómo resultaría eso ?

Roy H. Williams

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