Mensajes Secretos – Códigos Escondidos
Finalmente, un auténtico mensaje en código.
Y nunca vas a imaginarte en dónde.
El Código Da Vinci fue publicado en el 2003, hace exactamente 10 años. El libro ha sido denunciado como un ataque en contra de la iglesia católica y fuertemente criticado por sus inexactitudes históricas y científicas, pero eso no le ha impedido vender más de 80 millones de copias en 44 idiomas. La historia es ficción y contiene tan sólo una delgada capa de tenues conexiones con la realidad, pero millones de pobres ingenuos de todos modos aceptaron El Código Da Vinci como la realidad.
En el 2006, Virginia Fellows publicó El Código Shakespeare, que pretende probar que William Shakespeare fue en realidad Sir Francis Bacon. Sin embargo, éste no ha sido el primer libro escrito en el intento de probar que Shakespeare no fue Shakespeare. Más de 4,500 libros de ésos habían sido publicados antes de 1949 y “Nadie intentó seguir el conteo después de eso.” [Will En Duda: ¿Quién Escribió Shakespeare? escrito por James Shapiro, pág. 4 del Prólogo]
Tan sólo 8 días antes que Barack Obama fuera reelecto como Presidente de los Estados Unidos, el reportero Joe Kovacs escribió: “Un investigador reconocido de códigos bíblicos tiene malas noticias para Barack Obama, ya que él dice que los textos ocultos de la Santa Biblia indican que Mitt Romney será el próximo presidente de los Estados Unidos. (Moshe Aharon Shak, un judío ortodoxo y autor de Bible Codes Breakthrough) … Para aquéllos que no estén familiarizados con los códigos bíblicos, se dice que son mensajes secretos escondidos en la Torah, los primeros cinco libros del Antiguo Testamento. Aquellas personas que proponen la validez de los códigos, dicen que éstos revelan información acerca tanto del pasado, como del futuro.”
Je, je, je. Somos una especie divertida, ¿verdad? Yo creo que Terry Rossio estaba hablando acerca de todos nosotros cuando dijo: “La magia de un anillo secreto descodificador no está en su habilidad para codificar y descodificar mensajes, sino en permitirle a los niños a creer que poseen conocimientos que merecen ser mantenidos en secreto.”
Cuando se trata de mapas del tesoro y mensajes en código, ¿existe alguien entre nosotros que no sea un niño? Yo tengo mis secretos y tú los tuyos. Éstos están entre nuestras posesiones más preciadas. ¿Pero qué tan seguido tienes un secreto que haría la diferencia entre la vida y la muerte?
Cuando Miguel de Cervantes escribió Don Quijote de la Mancha en 1605, él tenía un secreto de vida-o-muerte y lo escondió a plena vista dentro de su libro.
La Inquisición Española estaba en su apogeo. Cualquiera que tuviera una copia del Nuevo Testamento de contrabando, traducido al español por Juan Pérez de Pineda, era ejecutado inmediatamente. Efectivamente, Julián Hernández ya había sido torturado durante 3 años y quemado en la hoguera por esa infracción, junto con más de 100 personas durante los 17 años anteriores a 1605.
¿Qué crees que motivó a Miguel de Cervantes a gritar en silencio: “¡Yo tengo una copia de este Nuevo Testamento prohibido y la estoy viendo en este momento!” desde las páginas de Don Quijote? Y aún así, esto es precisamente lo que hace en la primera parte, capítulo nueve, y de nuevo en la segunda parte, capítulo treinta y cuatro, cuando describe con detalle la compleja imagen de la tapa del Nuevo Testamento prohibido de Pineda.
“Dos cosas fácilmente pueden ser una coincidencia, a lo sumo, tres,” dice mi amigo Massimilian Georgini, “pero cuando tienes la convergencia de cuatro o más indicadores, probablemente ya no estás observando una coincidencia… En Don Quijote, Cervantes describe la pasta del Nuevo Testamento de Pineda en siete maneras muy específicas.”
Aún más convincente es la exposición de Georgini de esta similitud visual: Cuando el nombre QUIJOTE se escribe en letras góticas, tiene un parecido sorprendente con el símbolo del pescado griego ICTHYS, seguido de la palabra para “PESCADO” un símbolo que has visto toda tu vida: el que se ha utilizado durante dos mil años como símbolo para “Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador.”
La similitud entre:
(1.) QUIJOTE y
(2.) el símbolo del pescado seguido de las letras griegas que dicen PESCADO, podría fácilmente atribuirse a la coincidencia, si no fuera por este pasaje curioso en la segunda parte de Don Quijote, en el que Cervantes cuenta la historia (ficticia) de un muy mal pintor:
“Podría pintar un gallo de tal manera y con tan poco parecido con uno, que necesitaba escribir al lado en letras góticas: ´Éste es un gallo.´ Y así debe ser con mi historia, la cuál requerirá un comentario para poder entenderla.”
Massimiliano Georgini ha sido un productor de música altamente reconocido durante más de 20 años, trabajando de cerca con bandas como Green Day. Él tiene un título en psicología de la Universidad de Purdue y su Teoría de Mente es tan impactante que una prestigiosa organización de inteligencia gubernamental a la cual se le conoce por sus iniciales, reclutó a Mass hace un año para que trabajara con ellos como criptógrafo. Los mensajes que ha interceptado y descifrado han sido tan sorprendentemente precisos, que más de 90 maleantes mayores han sido capturados en el acto y sacados de las calles durante el primer año de trabajo de Mass.
Ah, se me olvidaba contarte: Los estudiosos más grandes del Quijote consideran a Mass como un colega. Massimilian Georgini vino a la Academia del Mago por primera vez hace 5 años llevado por su mentor, el Dr. Howard Mancing, un estudioso del Quijote mundialmente reconocido y autor de la Enciclopedia Cervantes.
Así que no… Mass Georgini no puede ser descalificado como un pobre ingenuo que mira patrones en donde no existen. De hecho, la pequeña muestra que te di hoy fue simplemente el más leve aroma de su artículo de investigación publicado en la edición de primavera del 2012 de la revista de la Sociedad de Cervantes de América. Mass le llama a su artículo: “Cervantes pega con un gancho izquierdo: Incitando a la Inquisición con Subversión Ekfráica.”
Mass Georgini ha probado, por lo menos a mi satisfacción, que Miguel de Cervantes estaba en desacuerdo con la Inquisición Española y que lo gritó desde las páginas de su exitoso libro de ficción. Pero fue un grito que nadie escucharía durante más de 400 años.
Ya que no hay nadie más que lo haga, yo me daré a la tarea, pues es algo que necesita hacerse: Massimiliano, de parte de Miguel de Cervantes, permíteme decirte: “Gracias.”
Por lo menos ese grito sí ha sido escuchado.
Roy H. Williams
