La crueldad de la esperanza

La crueldad de la esperanza

Recientemente te envié dos memos acerca de nuestra necesidad de esperanza positiva.
“El ángel roto de Hollywood” era la historia verdadera de una mujer que necesitaba desesperadamente un amigo que la alentara.
“Esperanza y Futuro” explicaba lo fácil que es recargar las baterías emocionales de un amigo cuya luz se ha disminuido.
La esperanza positiva chisporrotea con la energía vibrante de la vida misma. Irradia honestidad, apertura, perdón, aceptación, optimismo, lealtad y amor.
La esperanza positiva ilumina el corazón y ahuyenta la oscuridad.
Pero también existe algo como la esperanza negativa. Promete la salvación pero entrega tan sólo la arrogancia, que es la desesperación disfrazada de confianza.
La esperanza negativa es atractiva, adictiva y cruel.
Los apostadores sentados alrededor de una mesa de póker son el retrato perfecto de la esperanza negativa. Se montan a la montaña rusa de la elación y la desesperación pero se dicen a sí mismos que tienen un sistema.
Un segundo retrato de la esperanza negativa es un billete de lotería, un recibo emitido por el gobierno a ciudadanos que pagan un impuesto voluntario porque creen en números de la suerte y son extremadamente malos con las matemáticas.
Bernie Madoff era un vendedor de esperanza negativa. Usaba una máscara de multimillonario hecho a sí mismo, pero detrás de esa máscara estaba un desesperado pequeño estafador que le robó dinero a gente inocente que creía que habían sido admitidos al círculo interno de un genio que tenía un sistema secreto.
El mundo está lleno de gente elegante y atractiva que venden esperanza negativa. Uno de ellos te va a vender educación sin valor prometiéndote un trabajo mejor pagado. Otro te va a vender un garage lleno de porquería, al convencerte del milagro del mercado multinivel. Un tercero te va a vender la promesa de la paz interior al convencerte que ellos la tienen y que te la pueden transferir por dinero.
La esperanza negativa es atractiva, pero la puedes reconocer fácilmente ahora que ya sabes qué buscar.
Estoy muy contento que ya sacamos eso del camino porque ahora te tengo unas excelentes noticias: la paz interior es real.
Y aquí te van noticias aún mejores: la puedes tener de gratis, sin cosas escondidas.
La paz interior es la honestidad, la apertura, el perdón, la aceptación, el optimismo, la lealtad y el amor. Todo esto puede ser tuyo de gratis. Pero primero los tienes que dar tú.
Es un sistema simple pero fascinante. Mientras más das de esas 7 cosas a otros, se te acumulan en forma más abundante.
Quinientas once Navidades han ido y venido desde que Giovanni Giocondo mandó su carta de Navidad a un amigo en 1513. Decía: “No hay paz que exista en el futuro que no se esconda en este pequeño instante presente. ¡Ten paz!”
Igualmente, yo te digo a ti, la paz interior está escondida en este pequeño instante presente.
Alcánzala y tómala. Es tuya.
Roy H. Williams

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