Cohetes y estrellas fugaces

Cohetes y estrellas fugaces

Illustration of a vintage style rocketship flying through the air

Cabalgando este cohete hacia mis 68, los recuerdos de mi vida destellan en el crepúsculo de mi mente como estrellas fugaces en la noche.
Mi vista se posa en un día lejano cuando comencé a escribir anuncios para un joyero.
Vi la pasta de un libro que decía: “Sigue tu pasión. El dinero vendrá después”, y recuerdo haber pensado, “detestaría volverme famoso por escribir anuncios para un producto que no me importe”.
“Sigue tu pasion” es una idea que hace sentido hasta que la piensas.
No tenía apreciación, ni afecto, ni compromiso hacia la joyería. Pero sí hice un compromiso con el joyero. Mi trabajo era comunicar su apreciación a la joyería, su afecto a ella, su compromiso con ella.
Durante un cuarto de siglo, escribí anuncios para mi amigo que nos hizo famosos a ambos. Él murió inesperadamente en un momento congelado hace una docena de años.
Yo sigo teniendo su número programado en mi iPhone y hay una parte de mí que cree que si toco su nombre con mi dedo él va a responder y gritar “¡Buenos días, Alegría!”, antes del segundo timbre.
Hay otra parte de mí que sabe que me voy a despenicar si él no contesta. Su nombre va a continuar estando en mi teléfono y yo voy a continuar a no tocarlo.
Nuestra amistad de 25 años me enseñó algo vital que te voy a compartir ahora:
El compromiso no fluye de la pasión. La pasión fluye del compromiso.
No tengo que amar los productos acerca de los que escribo. Tengo que amar a las personas que van a firmar sus nombres debajo de lo que escribo. Mis palabras son de lo que hablan sus corazones, no el mío.
Antes que pienses que me estoy dando un paseo sin rumbo por la vía de la Melancolía, te voy a inyectar mi punto:
¿Eres uno de esas almas con ojos tristes que suspiran y dicen: “estoy buscando mi pasión”. Simplemente no puedo encontrar mi pasión. ¿Qué me pasa? ¿Por qué no puedo encontrar mi pasión?””
Sí, la aguja duele, pero lo que pasa por allí es medicina.
Todas las forms de trabajo son para beneficio de otras personas. No necesitas amar el trabajo para ser feliz. Necesitas amar la diferencia que estás haciendo.
¿Estás listo para que te meta aún más adentro la aguja?
Nunca vas a descubrir la felicidad si sólo trabajas para ti mismo. Vas a descubrir la felicidad de la vida cuando trabajes para el beneficio de otros. Yo tengo fé en que la necesidad de servir a otras personas está incrustada en el cuerpo, alma y espíritu de cada persona que camina en este planeta.
Las persona que sólo piensan en sí mismas tienen placer, por supuesto. Pero nunca pueden tener felicidad.
Lo siento, pero lo aguja aún tiene que penetrar más.
Estas dos citas de Tom Robbins encajan perfectamente aunque hayan estado escritas con 20 años de diferencia.
“Entre nuestros tristes egocéntricos, la desesperación es tan adictiva como la heroína y más popular que el sexo, por la única razón que cuando alguien es infeliz uno puede ponerse mucha atención a sí mismo. La miseria se convierte en una especie de masturbación (2005).”
“La persona infeliz resiente cuando tratas de alegrarla, porque eso significa que tiene que dejar de regodearse en sí mismo y comenzar a prestarle atención al universo. La infelicidad es la última forma de auto-indulgencia. Cuando eres infeliz, te dejan prestarte un montón de atención a ti mismo. Te dejan tomarte a ti mismo mucho en serio (1985).”
– Tom Robbins
La aguja ya está hasta adentro.
Esta es la medicina sin diluir: La próxima vez que mires una necesidad, haste grande y llénala. Experimente la felicidad de hacer la diferencia. Haz esto diez veces y te volverás adicto a la felicidad por el resto de tu vida.
Págalo hacia delante.
Roy H. Williams

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