
Cuando estás teniendo una aventura, deseas estar a salvo en casa. Pero cuando estás a salvo en casa, deseas estar teniendo una aventura.
Cada aventura está marcada por retrocesos, decepciones y dificultades. Sin problemas, no puede haber aventura.
Nuestras películas de amor, juegos de video y eventos deportivos son prueba de nuestro deseo de aventura, pues, ¿qué son éstos sino una celebración de personas sobreponiéndose a retrocesos, decepciones, dificultades y problemas?
¿A qué te enfrentas hoy?
¿A qué te debes sobreponer?
¿Cuál es tu aventura actual?
La aventura es emocionante cuando la visión de un futuro resplandeciente brilla con fuerza en tu mente. Pero cuando no tenemos visión alguna de un desenlace feliz, caminamos en la oscuridad.
Jesús habló de este fenómeno en el sexto capítulo del Evangelio de Mateo.
“La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; 23 pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?”
Cuando nuestra visión está distorsionada, perdemos la esperanza.
Por favor entiende que no estoy hablando de una enfermedad mental. No pretendo tener la cura para eso. Pero sí sé más de algo acerca de la tristeza, la confusión, la frustración y la soledad.
Una de cada cuatro personas que encuentres hoy van a estar escondiendo una profunda tristeza, confusión, frustración o soledad. No te van a permitir verla, pero allí está.
Esta es la cura que tienes adentro tuyo: puedes escuchar con atención cuando una persona habla, para que esa persona se sienta vista y escuchada. Puedes sonreír y asentir, para que esa persona se sienta aceptada.
Tienes el poder de hacer que otras personas se sientan valoradas.
Cada uno de nosotros necesita ser visto y escuchado y echado en falta cuando estamos ausentes.
Puedes brillar una luz en la oscuridad.
Y, algunas veces, eso es suficiente.
Roy H. Williams