Escribe apretado

Escribe apretado

Cuando incrementas tus palabras, mengua su impacto.
Comunica tus pensamientos en frases cortas. Esos pensamientos van a ser recordados, y tú también.
Más corto pega más fuerte.
Leí un libro de un hombre que es un pensador profundo, un gran estratega y un buen escritor. Sus fortalezas consisten en poder identificar, organizar y comunicar ideas clave.
Pero esas ideas pegarían más fuerte si ese hombre pudiera escribir más apretado.
Los que escriben apretado
Rechazan modificadores innecesarios.
Reducen su conteo de palabras.
Prueban lo que dicen.
Utilizan una voz activa.
Modificadores:
Los adjetivos y adverbios son comida grasosa. Le dan energía a tu historia cuando se usan poco pero hacen que tus frases se sientan hinchadas, aletargadas y gordas si te sobre pasas. Los adjetivos son menos peligrosos como el colesterol bueno y los adverbios son más peligrosos como el colesterol malo, pero una dieta constante de estos modificadores va a tapar las arterias de tu historia y la va a volver más lenta hasta que tu audiencia se duerma.
El conteo de palabras:
Likewise, Benjamin Franklin concluded his 1750 Letter to the Royal Society in London by saying, “I have already made this paper too long, for which I must crave pardon, not having now time to make it shorter.”
Editar va a reducir tu conteo de palabras, pero es difícil editar lo que se acaba de escribir. Míralo al día siguiente y tus errores te van a parecer obvios. Reordena, reduce y elimina elementos hasta que tu historia esté apretada y brille mucho.
Puedes comunicar el doble utilizando la mitad de palabras.
Willie Shakespeare nos enseñó: “La brevedad es el alma del ingenio1”.
Blaise Pascal y Benjamin Franklin son recordados por su ingenio. Es por eso que ambos se disculpaban al escribir cuando se tomaban mucho tiempo para decir muy poco.
Blaise Pascal en sus Cartas Provinciales de 1675 escribió: “La presente carta es una muy larga, simplemente porque no tuve el tiempo libre necesario para hacerla más corta.”
De igual forma, Benjamin Franklin concluyó su Carta a la Real Sociedad en Londres de 1750, diciendo: “Ya hice este tratado demasiado largo, por lo que debo rogar su perdón, careciendo ya del tiempo de hacerlo más corto.”
Prueba lo que dices:
Un arcoiris de personas a través del internet reportan que Martín Lutero, Mark Twain y Cicerón de Roma hicieron declaraciones similares a las declaraciones hechas por Blaise Pascal y Benjamin Franklin, pero ninguno de estas personas coloridas puede ofrecer documentación significativa.
Martín Lutero murió en 1546. Una biografía de Lutero publicada 300 años más tarde — en 1846 — cita a Lutero diciendo que: “no tuve tiempo de hacerlo más corto”, pero el biógrafo no pudo citar ningún texto dejado por Martín Lutero que corroborara esa cita.
Mark Twain murió en 1910. En 1975, un artículo apareció en el Chicago Tribune atribuyendo una versión del “no tuve tiempo de hacerlo más corto” a Twain, pero el periodista no pudo ofrecer ningún texto, capitulo, número de página ni testigo contemporáneo como prueba.
La persona que arguye que Ciceró dijo que: “no tuve tiempo de hacerlo más corto” cita un libro de citas publicado en 1824 como “prueba” de lo que Cicerón dijo 1,800 años antes que ese libro de citas fuera publicado. Cicerón no dejó ningún escrito que tuvieran esa cita.
“No creas lo que lees en el internet.” – Albert Einstein
Usa la voz activa:
Voz pasiva:
“La espada es blandida por mí” es pasivo porque al sujeto — “la espada” — le actúa el verbo.
Voz activa:
“Yo blando la espada” es activo porque el sujeto — “yo” — realiza la acción.
Las frases dichas en una voz activa reclaman atención.
Las frases dichas en una voz pasiva son ignoradas fácilmente.
Un niño se convierte en adulto cuando dice: “Rompí el frasco de las galletas”, en vez de “El frasco de las galletas se rompió.”
No hables como un niño. Deja que el sujeto realice la acción en cada frase que hables y escribas.
Aquí va un ejemplo:
Al igual que el hombre al que mencioné antes, Matt Willis es un pensador profundo, un gran estratega y un buen escritor. Pero, al contrario que ese hombre, Matt también es un buen escritor de anuncios. Matt escribió recientemente un post de blog maravilloso de 575 palabras. ¿Pero y eso qué? Muchas personas pueden escribir buenos posts de blog. Pero el escritor que puede reducir su conteo de palabras en un 84% e impactar su mensaje hasta la cocina en tan sólo 94 palabras… ése, amigo mío, es un escritor de anuncios.
Éstas son las 94 palabras.
Puedes leerlas en voz alta en sólo 30 segundos.
Las agencias de publicidad son los pitones de la publicidad. Te miden, te juzgan y luego te comen. Querías crecer, por eso contrataste a las pitones. Las pitones también querían crecer. Así que midieron tu presupuesto de publicidad, te convencieron de incrementarlo, luego mordieron el pedazo más grande que pudieron. Los Magos de la Publicidad no muerden. Trabajamos por un salario mensual. Lo incrementas una vez al año por el mismo porcentaje que creció tu línea de ventas. Triplicamos tus negocios. Tú triplicas nuestra paga. Salte del foso de las serpientes. Ve a WizardOfAds.com
Roy H. Williams
1 Dicho por Polonio, acto 2, escena 2 de Hamlet.

Comments are closed.