Los inmortales

Los inmortales

Yo espero que no seas propenso a tener arrepentimientos.
La próxima vez que tomes una decisión incorrecta, quiero que veas hacia atrás y recuerdes que parecía una buena idea en el momento.
Te dieron información incompleta. El futuro no se podía conocer. ¿De qué tienes qué arrepentirte?
Sin embargo, el dolor sordo del arrepentimiento se me dejó caer encima cuando Kary Mullis murió sin previo aviso.
Yo quería a Kary por su sentido del humor y su ingenio y siempre voy a atesorar lo que escribió en mi copia de su libro, Bailando desnudo en el campo de la mente (Dancing Naked in the Mind Field).
Y luego Loren Lewis se murió sin darme un aviso.
Loren nunca fue una figura paterna; él era mi escandaloso hermano mayor. Era rimbombante y vanidoso y me enseñó a hacer cosas cuando yo no tenía dinero; y él se hubiera dejado disparar por mí.
Y luego Perry McKee caminó hacia el horizonte sin tan siquiera un guiño o un gesto de despedida.
Perry era extrovertido e impulsivo y hacía reír a todo el mundo. Cuando teníamos 14 años, Perry decidió que finalmente había llegado el día en que él debía prenderle fuego a un pedo y convertirse en el primer humano propulsado a chorro. Él quería que yo le sostuviera el fósforo pero yo no acepté de forma vigorosa, así que Ernie Henry sostuvo el fósforo mientras el resto de nosotros se quedó esperando ansiosamente frente a la puerta cerrada del baño sin ventanas de Perry. El hermano McKee tenía la profunda convicción que el milagro de la propulsión a chorro debía ser observado en total oscuridad.
Cuando Perry gritó como toro y se abalanzó sobre la puerta, supimos que Ernie había sostenido demasiado cerca ese fósforo.
Ernie Henry ya se fue también.
Los inmortales de mi pasado están desapareciendo.
La última vez que hablé con Kary Mullis, Loren Lewis, Perry McKee y Ernie Henry, yo no sabía que iba a ser la última vez que les iba a hablar.
Mis únicos arrepentimientos son cosas que dejé sin decir.
Por favor no leas demasiado en estas divagaciones. Estoy bien. Pennie está bien. Nadie se está muriendo.
Es sólo esa época del año.
La tierra vuelve a absorber el verde de la grama y las hojas están tornando rojas y anaranjadas. Los niños se reúnen de nuevo en salones en donde un adulto les dice que no hablen. Los hombres están persiguiendo una pelota de cuero con puntas mientras presos escapados les pitan silbatos y les tiran pañuelos al aire. Yo busco a Andy Griffith para preguntarles si quiere un Gran Vaso de Bebida Naranja, pero Andy no está por ninguna parte.
No falta mucho para que mi jardín se ponga una frazada blanca hasta la barbilla, justo afuera de mi entrada. La ardilla en su gorro y las plantas en sus sacos se van a acomodar para tomar una larga siesta.
Y luego la Primavera va a punzar el pálido corazón del invierno con un grito de verde y una hoja de grama y nos vamos a vestir de colores brillantes para la Pascua.
Kary Mullis abrió la puerta de la investigación genética cuando inventó la Reacción en cadena de la polimerasa.
Loren Lewis abrió el futuro de un niño de 15 años cuando le enseñó cómo no tener miedo.
Perry McKee y Ernie Henry no tuvieron arrepentimientos. Parecía ser una buena idea en su momento.
Roy H. Williams

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