
El secreto de la felicidad
Vivimos en una nación que ha confundido el placer con la felicidad.
El placer se puede perseguir de forma directa, pero no la felicidad.
Piensa en las veces en las que has sido verdaderamente feliz. En cada uno de estos momentos, te estabas sintiendo agradecido por algo: un momento especial con una persona especial, un atardecer hermoso, la llegada de buenas noticias…
La felicidad es el brillo cálido del agradecimiento y las personas más felices del mundo son aquellas que han aprendido a celebrar lo ordinario.
“La felicidad duradera comienza con una pregunta… ¿qué puedo celebrar?”
— Michael Beckwith
“¡Celebra, celebra, celebra!”
— Dewey Jenkins
“La felicidad, no en otro lugar sino en este lugar… no para otro momento, sino este momento.”
– Walt Whitman
¿Tienes la edad suficiente para recordar a Zig Ziglar? Él estaba hablando constantemente acerca de mantener una “actitud de gratitud”.
Tómate un momento para escribir 5 cosas por las que estás agradecido.
Luego tómate otro momento para darte cuenta que cada una de esas cosas te hace feliz.
Justo ahora estoy celebrando a Aaron y Kelsie Kleinmeyer de Kansas City. Ellos están en proceso de construir la segunda capilla gratuita de bodas en los Estados Unidos y, la parte extraordinaria, ¡es que lo están haciendo con salarios de maestros de escuela!
¿Leíste lo que Manley Miller escribió en la madriguera del conejo de la semana pasada acerca de la pasión?
“Utilizamos la palabra ‘pasión’ para describir un amor por algo o un empuje interno profundo. ‘Tengo pasión por cocinar’, o ‘tengo pasión por pescar’, o ‘tengo pasión por jugar futbol’, o lo que sea. Pero pasión es una palabra prestada del francés ‘pation’. La raíz de la palabra es ‘parior’, una palabra latina que quiere decir ‘una voluntad de sufrir’.”
“Las emociones siguen a las acciones. Cuando te comprometes a algo, lo que estás diciendo es: ‘Aunque esto se ponga difícil, voy a seguir haciéndolo. Aún si me causa dolor y sufrimiento, voy ha seguir haciéndolo.’ Por eso es que la última semana de la vida de Jesús se llama la Semana de la Pasión. No es porque todo fuera cálido y mullido y romántico, sino porque fue una semana de sufrimiento. Jesús estaba totalmente comprometido a pagar el precio para reconciliarnos de nuevo con Dios. Él decidió por adelantado que valía la pena sufrir por nuestras vidas.”
El placer se compra fácilmente, pero el placer no es la felicidad.
La felicidad es el brillo cálido de la gratitud.
La pasión es la felicidad llevada al siguiente nivel.
Aaron y Kelsie tienen una pasión genuina por el matrimonio. Ellos están dispuestos a sacrificar para que otras parejas puedan tener un lugar bello en dónde casarse. Su pequeña capilla en la pradera es un regalo a miles de parejas que aún no se han conocido.
El recibir con gratitud brinda felicidad.
Pero para dar gozo se requiere de pasión, la felicidad más intensa de todas.
¿No dijo alguien alguna vez que “Es más feliz dar que recibir”, o algo parecido?
Roy H. Williams