El Sueño Imposible de George Washington, Thomas Jefferson, John Adams, Ben Franklin y Alexander Hamilton

El Sueño Imposible de George Washington, Thomas Jefferson, John Adams, Ben Franklin y Alexander Hamilton

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El Sueño Imposible de George Washington, Thomas Jefferson, John Adams, Ben Franklin y Alexander Hamilton

17 de septiembre, 1787: Cuando George Washington vio que la Constitución de los Estados Unidos de América había sido finalmente adoptada luego de cuatro meses de intenso debate en la Casa Estatal de Pennsylvania, Filadelfia, él inmediatamente se fue a un vendedor de libros y pagó 22 chelines y seis peniques por una copia de El Quijote de la Mancha.

De acuerdo a MountVernon.org, “esta alegoría española del siglo diecisiete parece una escogencia algo extraña para el pragmático granjero, soldado y estatista. Una explicación para la compra aparentemente fuera de carácter puede ser encontrada en la correspondencia de Washington.”

Vamos a ver esa correspondencia en un momento, pero yo creo que algo dicho por el guionista Aaron Sorkin ofrece un vistazo igualmente penetrante en la mente de George Washington en ese momento histórico cuando la Constitución estaba terminada y nuestro Gran Experimento Americano había comenzado.

“Tiendo a escribir de forma muy romántica e idealista. Por eso lo personajes que escribo van a ser, un poco, quijotescos. Y van a fallar mucho y caerse mucho. Pero, sabes, hay algo de romance en tratar de alcanzar las cosas honorables.

  • Aaron Sorkin, 29 de junio, 2015

El Quijote había sido el tema de conversación unas veladas atrás en la casa de Benjamin Franklin. Sabemos esto porque el 9 de noviembre, 1787, Washington recibió una copia en español de Don Quijote del Embajador Español Diego María de Gárdoqui con una nota “solicitando que recibáis y le otorguéis un lugar en vuestra biblioteca a la última Edición Española de Don Quijote, la cuál recuerdo haberos oído decir en la casa del Dr. Franklin que nunca habíais visto. Podría haber deseado que fuera en inglés para vuestro entretenimiento particular, pero, siendo ésta considerada como la mejor Edición de tan celebrada obra y una en la que todo ha sido fabricado en España, me empuja a solicitar vuestra aceptación.”

No sabemos por qué estaban hablando del Quijote esa noche en la casa de Benjamin Franklin, pero Indy Beagle me cuenta que fue algo así:

WASHINGTON: “Estamos cerca de llegar a un acuerdo. Creo que podremos tener una Constitución dentro de una semana.”

FRANKLIN: [negando lentamente con la cabeza mientras mira distraídamente a la mesa] “Yo miro al futuro y me pregunto si seremos campeones victoriosos de lo bueno, o torpes tontos que se han convencido a sí mismos de ser algo que no son.”

EMBAJADOR ESPAÑOL GARDOQUI: [sonriendo] “¿Habéis leído el Quijote?”

FRANKLIN: [asiente con la cabeza y sonríe una tímida sonrisa.]

WASHINGTON: “Aunque Jefferson y Adams hablan constantemente acerca de ese libro, no puedo decir que lo he leído.”

“Roy”, estás pensando, “¿realmente estás esperando que crea que los padres fundadores estaban igual de locos por el Quijote que tú?”

La Enciclopedia de Thomas Jefferson en monticello.org dice “Don Quijote era una de las pocas obras de ficción que le gustaban claramente a Thomas Jefferson. Él usaba el texto en su idioma original para aprender español y hacía que sus hijos hicieran lo mismo. Jefferson tuvo varias ediciones diferentes a lo largo de su vida.”

monticello.org también lista 18 piezas de la correspondencia personal en la que el Quijote es mencionado durante los 51 años entre 1771 a 1822.

Entonces, sí, cuando una persona habla y escribe acerca de Don Quijote durante 51 años, usualmente anoto el nombre de esa persona en letra grande en la columna de “Loco por el Quijote”.

Estas son las grandes ideas presentadas en El Quijote:

  1. Que vale la pena creer en un hermoso sueño, aún cuando otros creen que estás loco.
  2. Que vale la pena pelear por un hermoso sueño, aún si pierdes.
  3. Que vale la pena perseguir un hermoso sueño, aún si nunca se cumple.
  4. Existe la posibilidad que tu hermoso sueño no sea nada más que una tontería.

John Adams era amigo y némesis de Thomas Jefferson y también estaba obsesionado con el Quijote. En el libro ganador del Pulitzer acerca de Adams, leemos: “Otro niño, Thomas Boylston, nació en septiembre de 1772 y de nuevo Adams estaba fuera en el `círculo de vagabundos´, cargando una copia de Don Quijote en sus alforjas y escribiéndole a Abigail a veces hasta tres cartas al día.”

La copia del Quijote de Alexander Hamilton fue publicado en Amsterdam en 1755 por Arkstee et Merkus. En su carta a Rufus King, de fecha 21 de febrero, 1795, Hamilton escribió: “El ver cómo se juega con el carácter del gobierno y del país – expuestos a una mancha tan indeleble – me tortura el corazón. ¿Soy yo, entonces, más americano que aquellos que dieron su primer aliento en el suelo de América? ¿O qué es lo que me atormenta de esta manera acerca de una circunstancia que todo el resto del mundo observa con calma? ¿Seré yo un tonto – un Quijote romántico – o existe un defecto constitucional en la mente americana?”

David Brooks es un comentarista político y cultural que escribe para The New York Times. Aaron Sorkin es un guionista. Sus películas incluyen A Few Good Men, The American President, Charlie Wilson´s War, The Social Network, Moneyball y Steve Jobs. Sus series de televisión incluyen The West Wing, Sports Night, Studio 60  y The Newsroom.

BROOKS: “Okay, estoy impresionado por lo profundamente americano de estos tiempos. Es un país de energía y ambición y hasta Walter tiene en su biografía de Franklin esta discusión de qué tan ambivalentes somos acerca de la ambición y que está su ambición [de Franklin], la ambición de Lincoln, pero luego pienso a través de tus personajes – ya sea un Zuckerberg, Billy Beane, Jobs, Charlie Wilson – ¿hay personas con ambiciones estrambóticas, fuera de proporción con lo que puede esperarse de ellas en su papel?”

SORKIN: “Sí. De nuevo, simplemente me parece romántico.”

BROOKS: “Sí.”

SORKIN: “Y todo se retrotrae al Quijote. Este tipo que sentía que estaba viviendo en un mundo que era un poco – que se había salido de la línea de la crudeza y falta de civilidad – y él era un viejo enclenque que estaba experimentando demencia y decidió que podías ser un caballero, si tan sólo te comportas como uno.”

Un viejo enclenque que podías ser un caballero, si tan sólo te comportas como uno.

Tú puedes ser un caballero, si tan sólo te comportas como uno.

Si tan sólo te comportas como uno.

Roy H. Williams

 

 

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