¿El Perro de Quién Eres Tú?
En 1738, Alexander Pope le dio un perro a Frederick, Príncipe de Gales.
Estas palabras estaban grabadas en el collar del perro:
“Soy el perro de su Majestad en Kew;
Por favor dime señor, ¿el perro de quién eres tú?”
Alexander Pope enganchó su carreta a Prince Frederick, una estrella naciente.
Si has visto la serie de televisión de Masterpiece Theater, Wolf Hall, recordarás una conversación similar entre Thomas Cromwell y su esposa, Liz, mientras él explica por qué escogió trabajar para el Cardenal Wolsey:
“¿Sabes lo que dicenen Italia? `Il principe bisogna sceglierlo… Tienes que escoger a tu príncipe´“.
Más tarde, Cromwell le dice a Rafe, su mano derecha:
“La pregunta es ¿ya escogiste a tu príncipe? Porque eso es lo que haces, lo escoges y sabes lo que es. Y luego, cuando lo has escogido, le dices que sí – ´sí, eso es posible, sí, eso se puede hacer.´“
Cualquiera que haya escalado una jerarquía sabe estas cosas.
Pero esto es los Estados Unidos, en donde cada uno de nosotros quiere ser su propio dueño, por lo que nos inventamos nombres diferentes para los príncipes que servimos en cada fase de nuestras vidas:
El príncipe de un niño se llama un ejemplo.
El príncipe de un atleta se llama un entrenador.
El príncipe de un empleado se llama un gerente.
El príncipe de un empresario se llama un mentor.
El príncipe de un actor se llama un director.
El príncipe de un director se llama un productor.
El príncipe de de un productor se llama un inversionista.
El príncipe de publicista se llama un cliente.
No hay fin para la cadena de príncipes.
No te confundas, tú ya escogiste un príncipe. De hecho, ya escogiste a más de uno.
¿Qué? ¿Todavía crees que eres libre e independiente, sin alianzas y las obligaciones que derivan de las mismas? Espero, por tu bien, que eso no sea cierto.
El perro que es su dueño
es un perro de la calle
y no tiene hogar.
Cada uno de nosotros es más fuerte cuando estamos unidos a otros.
Se conoce la habilidad de los perros de unirse a otros. Esta lealtad instintiva les permite formar alianzas poderosas en contra de animales que son mucho más rápidos y fuertes que llos.
Salomón habló del poder de estas alianzas en Eclesiastés, capítulo 4.
“Más valen dos que uno solo, pues obtienen mayor ganancia de su esfuerzo. Pues si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo que cae! que no tiene quien lo levante. Si dos se acuestan, tienen calor; pero el solo ¿cómo se calentará? Si atacan a uno, los dos harán frente. La cuerda de tres hilos no es fácil de romper.”
Mi amigo Roy Laughlin es conocido por su habilidad milagrosa para hacer negocios que no se pueden hacer. Hace muchos años, le pregunté su secreto.
“Cuando era un niño en la primaria, mi abuelo me llevó aparte un día y dijo: `Roy, el resultado del juego es determinado en el momento en el que los capitanes escogen sus lados. Pon atención a tus compañeros de juego y siempre sabrás: `Si puedo tenerlo a él o ella, podemos ganar esto.´Conoce a quién necesitas en tu equipo y averigua cómo obtenerlos de tu lado. Éste es el secreto del éxito. Nunca escuches a nadie que te diga lo contrario.´“
En otras palabras, debes escoger a tus príncipes, las estrellas nacientes a las que vas a enganchar tu carreta.
Ellos, a su vez, engancharán sus carretas a ti.
Roy H. Williams
¿Tienes un hijo o un nieto entre los 12 y los 16 años?
El Taller Para Escritores Jóvenes son dos días y tres noches mágicas para adultos jóvenes con un padre o abuelo. Mira este video hecho por chicos que lo han cursado. Julio 8-9, 2015.
Samuel Butler habló de la lealtad de los perros hace 150 años. “El placer más grande de un perro es que puedes hacer tonteras con él y no sólo no te va a regañar, sino que él hará tonteras contigo.”
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