La sabiduría de Barbara Kingsolver

La sabiduría de Barbara Kingsolver

Cómo trasquilar una oveja
Por Barbara Kingsolver
Ve al establo
Antes de la madrugada.
Quítate la ropa.
Tira todo
Sobre la tierra:
Tu chaqueta de nylon,
Calcetines de lana y todo.
Tira
Las herramientas de cortar
Las tijeras que muerden
Como dientes en la piel
Cuando las pezuñas fallan
Y tu codo
Se golpea duro
Contra una garganta jadeante:
Nada de eso.
Cántales para variar.
Quédate desnudo
En la mañana
Con tu súplica.
Pídeles que vengan,
Que dejen su lana
Por amor.
Eso debería funcionar.
No lo hace.
Les di una conferencia hasta altas horas de la noche, mucho después de mi hora de dormir, diciéndoles cómo continuar el éxito deslumbrante de su padre. Él estaba allí, escuchando, asintiendo con la cabeza, asegurándose que ellos no olvidaran esta noche jamás.
Él y yo hemos trabajado juntos desde 1989, cuando ambos éramos muy jóvenes y nuestros hijos muy pequeños. Hoy él es un joyero rico y famoso en una ciudad conocida. Yo soy el hombre a 500 millas de distancia que le escribe sus anuncios.
Sus trabajadores hijos escucharon atentamente cuando dije: “La gente en que confías y admiras; la gente que se preocupa por ti y por tu éxito, va a venir contigo, hacerte a un lado y decirte con mucha preocupación, ‘Necesitas cambiar tu publicidad. No lo estás haciendo bien.’
La gente que estudió publicidad en la universidad, amigos que están seguros que ellos saben qué deberías hacer, te van a decir: Necesitas cambiar tu publicidad. No lo estás haciendo bien.’
Les conté a los hijos de mi amigo acerca de las lecciones que rompen el corazón que yo aprendí como un joven escritor de anuncios. Les conté acerca de las cosas inteligentes que yo sabía que iban a, tenían que, era seguro que funcionaban, y que no funcionaron.
Les conté acerca de las cosas inteligentes que me enseñaron y en las que confié, y creí, que no funcionaron.
Les conté acerca de los millones de dólares del dinero de otras personas que yo desperdicié año tras año en ideas que no funcionaron.
Y les conté en qué finalmente me di cuenta y vi y entendí hace 35 años. Les conté la verdad contraintuitiva que finalmente tuve los ojos para ver.
Les conté acerca de lo que siempre funciona. Les conté por qué nunca falla. Y les conté por que nadie que lo ve funcionar cree que va a funcionar.
Su padre asintió con la cabeza de arriba a abajo. Los cuatro nos vimos unos a otros y nos sonreímos.
Y luego me fui a acostar a mi casa.
La semana próxima te voy a contar la segunda mitad de esta historia.
Roy H. Williams
P.D: “Cómo esquilmar una oveja” es tan sólo uno de muchos poemas encantadores en un pequeño libro poco conocido escrito por la legendaria novelista Barbar Kingsolver. No no has leído sus novelas, deberías.
Danny Heitman, durante el encierro de covid en el 2020, publicó esta reseña del libro en The Christian Science Monitor:
“Barbara Kingsolver es mejor conocida por sus novelas que incluyen Los árboles de frijoles, y La biblia de madera ponzoñosa, y Marea alta en Tucson. Ella no es tan bien conocida por su poesía, aunque debería serlo. “Cómo volar (en diez mil lecciones fáciles) recolecta sus mejores poemas de los últimos años. Es un tónico para estos tiempos pandémicos, recordándonos de la definición de Robert Frost de poesía como un ‘detente temporal contra la confusión’. Los poemas de Kingsolver son así, aunque su claridad es menos una cuestión de una revelación súbita que de una maduración lenta de la edad. El poema del título, con su promesa irónica escondida que podemos aprender a elevarnos después de ‘diez mil lecciones fáciles’ resuena un disentimiento de todos esos bestellers de ‘cómo hacer tal cosa’ que ofrecen una maestría rápida de las cosa esenciales de la vida en un puñado de pasos sin esfuerzo.”
Como dije, realmente me gusta Barbara Kingsolver.
— RHW

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