Comienza tu propio negocio

Comienza tu propio negocio

Two Wood and Feather Darts Isolated on White Background.

Es ingenuo creer que el mundo es una meritocracia pero es derrotista creer que no puedes ganar.
Hace seis años, notacoward escribió:
“El empredimiento es como uno de esos juegos de feria en donde le tiras dardos a algo.
Los chicos de la clase media puede comprar un tiro. La mayoría falla. Algunos pocos le pegan al blanco y les dan un premio pequeño. Muy pocos le pegan al centro y les dan un premio más grande. ¡De harapos a riquezas! El sueño americano sigue vivo.
Los chicos ricos pueden pagar muchos tiros. Si ellos quieren, pueden probar una y otra y otra vez hasta que le peguen al algo y se sientan bien acerca de sí mismos. Algunos siguen hasta que le dan al centro del blanco luego dan discursos o escriben blogs acerca de la ‘meritocracia’ y los efectos salubres del trabajo duro.
Los chicos pobres no van a la feria. Ellos son los que trabajan en ella.”
Cada uno de nosotros conoce gente que nació en la tercera base y cree que le pegó a un triple. Ellos pueblan las familias de la realeza, las aristocracias financieras, las fraternidades de universidad, los escapes de lujo de nuestro planeta. El mundo de los negocios está lleno de trajes vacíos y pendejos corporativos a quienes les gusta hacer como que se ganaron lo que les dieron.
Cuando creces en la parte pobre de la ciudad ves a gente que trabaja duro, mueve la cabeza y dice:
“No es lo que sabes, es a quién conoces.”
“No es lo que sabes, es a quién conoces.”
“No es lo que sabes, es a quién conoces.”
Esto no es nada nuevo. Siempre ha sido verdad. Pero no tiene que aplicarse CONTIGO.
Yo sabía que no se aplicaba conmigo porque una vez escuché una historia de 3,000 años acerca de un pastor que se convirtió en Rey porque era sorprendentemente bueno para ser pastor. Cuando un león atacó a sus ovejas, él mató al león. Cuando un oso atacó a sus ovejas, él mató al oso. Y cuando un gigante se burló de su nación, él mató al gigante.
El hijo de ese Rey escribió más adelante:
“Ves a una persona habilidosa en su trabajo?
Él estará de pie frente a los reyes;
Él no estará parado entre la gente obscura” **
¿Es sabio proteger a quienes amamos de los problemas que nos enseñaron todo lo que sabemos?
Conozco a mucha gente exitosa que desea haber sabido cómo darle a sus hijos las vicisitudes para hacerlos ricos.
Un amigo joven exitoso — tan solo 42 años de edad — creó cuatro fortunas distintas durante los últimos 20 años y está trabajando para hacer una quinta. Él comenzó de la nada: nada de dinero de familia, nade de inversionista ángel, nada de conexiones. Sus únicos activos eran su valentía y sus esfuerzos sin tregua. Le pregunté hace poco qué consejo le ofrecería a una generación emergente. Él dijo:
“Yo creo que la pregunta que se tiene que plantear esta generación más joven es ‘Bueno, ¿y ahora qué?’. Sí, es horrible, pero también es horrible que generaciones previas hayan sido conscriptas y enviadas al otro lado del océano a morir en guerras. Así que pasan mierdas. Y algunas veces la gente se pierden entre las grietas. Me alegra no llamaros ‘holgazanes’ si están dispuestos a aceptar que todavía tienen la responsabilidad de hacer algo… cualquier cosa… para mejorar su situación.
Porque seguir siendo unos pusilánimes quejosos seguro que no va a hacer que algo suceda.”
Si has caído en la trampa de creer que no tienes el dinero o las conexiones para superar tus circunstancias, levanta tu cabeza y abre tus oídos a lo que te voy a decir:
Conviértete en excepcional. Encuentra cómo matar al león. Y luego mata al oso. Resuelve el problema. Y muy pronto te convertirás en la persona que todo el mundo — hasta el Rey — quiere a su lado
Haz lo que puedas, con lo que tienes, en donde estés.***
Roy H. Williams
P. D.: “¡Olé! A gi, sólo por tener el amor humano básico y la testarudez para seguirlo demostrando .” — Elizabeth Gilbert
*** “Haz lo que puedas, con lo que tienes, en donde estés”, es generalmente atribuido a Teddy Roosevelt, pero él se lo acredita a Squier Bill Widener de Widener’s Valley, Virginia en el noveno capítulo de su autobiografía. Yo sospecho que Bill Widener le llamó la atención a Roosevelt porque él era “habilidoso en su trabajo”. En consecuencia de eso, Widener estaba de pie frente a los reyes. Él no se iba a parar entre la gente obscura.

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