Hablemos de Fé

Hablemos de Fé

Tú crees en muchas cosas. ¿Pero en qué crees más?
Adéntrate en la seguridad callada de tu mente y vas a saber cuál de estas cuatro cosas valoras más alto que las demás:
El gobierno.
Los negocios.
La ciencia.
La familia.
La deidad.
“Los índices de afiliación religiosa en los Estados Unidos se han desplomado hasta su punto más bajo en los últimos 73 años. Y en ninguna parte están más bajos que en los núcleos de la industria del conocimiento como Silicon Valley, en donde los trabajos de mayor habilidad son los que tienen más crecimiento. Si la religión está en declive, me pregunté: ¿Entonces qué adoran ahora los estadounidenses? ¿Qué se ha convertido en nuestra nueva religión? Para muchos profesionales, la respuesta es el trabajo. El trabajo provee de la identidad, pertenencia, significado y propósito que las tradiciones de fe dieron en algún momento.”
— Carolyn Chen, NY Times, 4 de junio del 2022
“Durante miles de años, nuestros ancestros vieron al mundo a su alrededor — la gente y animales, las montañas y mares, el sol, la luna y las estrellas — y vieron la divinidad. Como lo pone el Salmo 19: “Los cielos declaran la gloria de Dios y el firmamento demuestra su obra”. Hasta Isaac Newton vio un universo lleno de propósito. En su obra maestra, los Principia, él escribió: ‘Este tan bello sistema del sol, planetas y cometas, sólo podría proceder del consejo y domino de un ser inteligente y poderoso’. La ciencia avanzó a pasos agigantados en los siglos que siguieron a Newton y los científicos le bajaron mucho a hablar de Dios. Muchos pensadores sugirieron que el universo procede como un gran mecanismo de reloj. Tal vez se necesitó de un creador al principio, para ponerlo en marcha, pero de seguro ahora se maneja solo. Einstein, quien frecuentemente habló de Dios de forma metafórica, tomó un camino distinto. Él rechazó una deidad personal, pero vio una especie de panteísmo — en grandes rasgos, la identificación de Dios con la naturaleza — como plausible.”
— Dan Falk, Scientific American, 27 de Julio del 2021
1. ¿En dónde pones tu máxima confianza? ¿Es en el gobierno?
En un extremo de este espectro, el comunismo cree que los ciudadanos deberían poseer colectivamente los medios de producción, distribución e intercambio que reparten los productos de todos en la sociedad. Karl Marx propuso una sociedad sin clases en la que todo sería compartido por todos.
Al otro extremo de este espectro, el libertarismo dice: “Nosotros, los miembros del Partido Libertario, retamos el culto del estado omnipotente y defendemos los derechos del individuo”. (LP.org) Ayn Rand propuso: “¡Si tan solo el gobierno se quitara del camino, el auto-interés individual crearía una mejor sociead!”
Tener confianza en el gobierno — o en la ausencia del gobierno — es creer en la gente. Tener fe en la gente es humanismo. ¿Es aquí en donde has puesto tu fe?
2. ¿En dónde pones tu máxima confianza? ¿Es en los negocios, capitalismo, libre empresa?
“La gente crea valor y hace cosas buenas cuando tienen un motivo de ganancia”.
“El capitalismo crea trabajos y provee un mejor estilo de vida para todo el que participa. Es un círculo virtuoso”.
“Los empresarios son gente que resuelve problemas”.
3. ¿En dónde pones tu máxima confianza? ¿Es en la ciencia, medicina, tecnología?
J.G. Ballard era entusiasta acerca de vivir en una sociedad tecnológica. Él dijo: “La ciencia y la tecnología se multiplican a nuestro alrededor. En una extensión incremental, ellas dictan los lenguajes en los que hablamos y pensamos. O utilizamos esos lenguajes, o nos quedamos mudos”.
Napoleon Hill hizo eco de J. G. Ballard: “Cualquier cosa que la mente del hombre pueda concebir y creer, la puede alcanzar”.
Pero Thomas Schelling, ganador del Premio Nobel en Ciencias Económicas, contradijo a Napoleon Hill cuando dijo: “Lo único que una persona no puede hacer, no importa qué tan brillante sea, es escribir una lista de las cosas que nunca se le ocurrirían”.
Me cae bien Thomas Schelling.
Tal vez estoy sobre simplificando esto, pero mi sentimiento generalizado es que cuando hacemos algo de forma intuitiva lo llamamos arte. Pero cuando lo hacemos de forma sistemática, lo llamamos ciencia. Y nuestro amor por la ciencia parece estar creciendo de forma exponencial.
“Estamos ahogados en números. Hay datos por todas partes. Las cosas anticuadas como las palabras están en retaguardia; los números están en crecimiento. Las arenas no cuantificables como la historia, literatura, religión y las artes están desapareciendo de la vida pública, siendo reemplazadas por la tecnología, estadística, ciencia y matemáticas. Aún en la forma más elemental de comunicación, la historia está siendo reemplazada por la lista. Los resultados están dados: los nerds ganaron. Es hora de reemplazar esas flechas en los talones del águila estadounidense con lápices y reglas de cálculo. Nos hemos convertido en los Estados Unidos de la Métrica”.
— Bruce Feiler, NY Times, 16 de mayo del 2014
Mi opinión hace eco de la de Tom Robbins quien dijo: “El romanticismo y la ciencia son buenos el uno para el otro. El científico mantiene honesto al romántico y el romántico mantiene humano al científico”.
Ahora vamos a continuar con nuestro examen de las categorías mayores de Creencias.
4. ¿En dónde pones tu máxima confianza? ¿Es en la familia, amigos, relaciones?
Rober Frost dijo: “El hogar es el lugar en donde, cuando tienes que ir, te tienen que acoger”.
Edna Buchanan dijo: “Los amigos son la familia que escogemos para nosotros”.
Anthony Bourdain aconsejaba: “Está abierto a un mundo en donde pueda que no entiendas a o estés de acuerdo con la persona a tu lado, pero te tomas un trago con ella de todas formas. Come despacio. Dale propina a tu mesero. Pregúntales a tus amigos cómo están. Pregúntate cómo estás. Disfruta del viaje”.
Tal vez te sientas como Rabbi Jonathan Sacks. Él dijo: “Mi vida ha sido hecha por tal vez tres o cuatro, tal vez media docena, de amistados con personas que creyeron en mí más de lo que yo creí en mí mismo.”
Y, por supuesto, todos estamos de acuerdo con Kahlil Gibran. “Y deja que lo mejor de ti sea para tu amigo. Si tiene que conocer el ir de tu marea baja, que conozca también el venir de la alta. ¿Porque qué es tu amigo si no alguien a quién buscar para matar las horas? Búscalo también cuando tengas horas para vivir.”
5. ¿En dónde pones tu máxima confianza? ¿Es en Dios?
Mi amigo Akintunde Omitowoju es un genio de la programación, uno de los pocos en el mundo que pueda estar en la misma categoría de inventiva que Steve Wozniak. Akintunde está enfáticamente de acuerdo con A.W. Tozer quien dijo: “La confiabilidad del comportamiento de Dios es el fundamento de toda verdad científica”.
En el primer capítulo del Génesis, la única información que nos dan acerca de la creación de nuestro universo es: “Dios dijo: ‘hágase…’ Y luego Dios continuó diciendo: ‘Que haya esto y que haya esto otro’ hasta que todo lo que necesitaba ser, existió.
Los físicos teóricos llaman a ese momento el Big Bang. Esos mismos físicos teóricos — desde la primavera de 1995 — han estado fascinados con una versión de la teoría de cuerdas llamada Teoría-M. En el 2010, Steven Hawking escribió: “La Teoría-M es la única candidata para ser una teoría completa del universo”.
Brian Greene calls our universe, “a silent symphony of string.”
Michio Kaku cree que la Teoría-M es: “tan concisa que su fórmula cabría en una T-shirt”.
En esencia, la Teoría-M nos dice que el Tiempo está hecho de bucles diminutos de energía de 6 dimensiones que vibran en una frecuencia específica. De igual forma, el Espacio, la Gravedad, la Materia y la Luz están hechos de bucles similares de energía que vibra en sus propias frecuencias específicas. De acuerdo al teórico de cuerdas Brian Greene, estos bucles de energía son tan pequeños que si un átomo se agrandara al tamaño de nuestro sistema solar — con el sol como el núcleo y Plutón como el neutrón con órbita más cercana — un bucle de energía sería del tamaño de un árbol pequeño.
Brian Greene le llama a nuestro universo: “Una sinfonía silenciosa de cuerdas”.
Así que si Hawking, Kaku, Greene y todos los demás teóricos de cuerdas están en lo correcto, parece ser perfectamente razonable que nuestro continuo de espacio-tiempo no sea nada más que el eco continuado de la voz de Dios.
En el primer capítulo de la Buena Nueva de Juan leemos:
“En el principio era la Palabra y la Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios. Ella estaba desde el principio con Dios. Todas las cosas fueron hechas por ella (la Palabra) y sin ella no se hubiera hecho nada…”
Y luego Juan deja caer una bomba:
“Y la Palabra se hizo carne y vivió entre nosotros”. ¡Vaya! Si podemos creer en esto, la fuerza que salió de Dios — su Palabra — continúa vibrando en la forma de nuestro contínuo de espacio-tiempo.
En el capítulo 17 del Libro de los Hechos, leemos: “En Él vivimos y nos movemos y tenemos nuestra existencia”.
Lo que te he compartido hoy es personal. No es religiosidad. No es una religión codificada, paso por paso. Y definitivamente no es el postureo miedoso, enojado, ansioso de partidos políticos desviados desde la Primera Cruzada en 1095.
Lo que te he compartido no es más que mi entendimiento privado de la historia de la persona en quien he puesto mi fe.
Roy H. Williams
P. D.: “Como regla general, yo diría que los seres humanos nunca se comportan peor los unos con los otros que cuando creen que están protegiendo a Dios”. — Barbara Brown Taylor

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