El problema con Platón

El problema con Platón

Anne Lamott escribió Bird by Bird, (Pájaro por pájaro) un libro maravilloso acerca de escribir. En él, ella dice:
“Convertirse en escritor se trata de volverse consciente. Cuando eres consciente y escribes desde un lugar de percepción y simplicidad y verdadero interés por la verdad, vas a tener la habilidad de encender las luces para tu lector. Ellos van a reconocer sus vidas y la verdad en lo que dices, en las imágenes que pintas y esto decrece la terrible sensación de aislamiento que hemos tenido durante demasiado tiempo.”
Yo voy a tratar de hacer eso hoy. Voy a tratar de escribir “desde un lugar de percepción y simplicidad y verdadero interés por la verdad”.
Espero tener éxito, pero tú tendrás que ser el juez de eso.
Otro de mis párrafos favoritos de Pájaro por pájaro es cuando Anne Lamott dice:
“Yo conozco a algunos excelentes escritores, escritores que amas, que escriben hermoso y que han hecho una buena cantidad de dinero y ni uno de ellos se sienta frecuentemente a sentirse salvajamente entusiasmados y confiados. Ni uno de ellos escribe primeros borradores elegantes. Está bien, uno de ellos sí lo hace, pero no nos cae muy bien. No creemos que ella tenga una vida interior plena o que Dios la quiere, ni siquiera que la soporte. (Aunque cuando le mencioné esto a mi amigo sacerdote Tom, él dijo que puedes suponer con certeza que has creado Dios a tu propia imagen cuando resulta que Dios detesta a todas las mismas personas que tú.)”
Yo he citado al amigo de Anne con frecuencia porque yo creo que su notable declaración vale la pena ser repetida: “Puedes suponer con certeza que has creado Dios a tu propia imagen cuando resulta que Dios detesta a todas las mismas personas que tú”.
Te acabo de escribir acerca de mi primer empleo en la radio. Fue en una estación cristiana en Tulsa, propiedad de un hombre maravilloso llamado Stuart quien vivía en Carolina del Norte. Él era imposiblemente alto y delgado y se miraba exactamente igual a un Abraham Lincoln sin barba.
Yo llevaba allí apenas un par de años cuando Stuart voló a Tulsa, llamó a todos los de la estación de radio, nos metió a todos en la sala de conferencias y dijo: “La gente que trabaja en los medios cristianos frecuentemente mira y escucha cosas que los descorazonan”. Su cara se alargó y pareció triste cuando dijo: “Y se amargan”.
Yo pude notar que estaba luchando para encontrar las palabras correctas mientras miraba hacia el suelo. Luego de un largo silencio, me vio a los ojos y dijo: “Prométeme que nunca te vas a amargar”.
Yo lo vi a los ojos y asentí con la cabeza. Uno a uno, él vio a los ojos a cada uno de los empleados hasta que asentían o decían en voz alta: “Prometo nunca amargarme”.
Cuando había extraído esa promesa solemne de cada uno de nosotros, se fue al aeropuerto y voló de regreso a casa.
Fue una reunión muy breve que sucedió hace 40 años, pero nunca la he olvidado.
Y nunca me amargué.
En años siguientes, me comencé a identificar como un “seguidor de Jesús”, en vez de llamarme a mí mismo cristiano, porque “cristiano” comenzó a significar algo que no creo que fuera la intención de Jesús.
Me incomoda cuando la gente firma el nombre de Dios bajo cosas que Jesús nunca dijo.
A Thomas Jefferson, también, le incomodaban los cristianos que utilizaban la lógica de Platón para extrapolar verdades de la Biblia.
Los platónicos1 argumentan: “Si esta declaración en la Biblia es cierta, entonces por extensión esta segunda cosa es cierta. Y si esa segunda cosa es cierta, entonces por extensión esta tercera cosa es cierta”.
Yo he estado leyendo la correspondencia personal de Thomas Jefferson en los archivos nacionales en founder.archives.gov
Hace doscientos seis años — el 16 de octubre de 1816 — George Logan le escribió una carta a su amigo, Thomas Jefferson, felicitándolo por publicar,
“Un sistema de ética extraído de las Sagradas Escrituras, tendiendo a sostener la máxima correcta — que la religión debería influir en lo político así como en la conducta moral del hombre… Es de lamentarse que exista aún entre cristianos profesos una aversión a que sus máximas políticas y transacciones se vean sujetas a las reglas de la cristiandad… La cristiandad hasta ahora (salvo en unas escasas instancias) ha sufrido por su conexión con la política civil: y por la misma naturaleza de la sociedad civil, debe sufrir en esta conexión; hasta que ambos el aprendizaje y el poder sean transferidos a las manos de hombres virtuosos y sean sujetos a la piedad.”
En esencia, George Logan estaba sugiriendo que los cristianos deberían tomar las riendas del poder en el gobierno.
Thomas Jefferson le contestó a George Logan el 12 de noviembre de 1816, diciendo:
“Estoy muy sorprendido por la idea que parece haberse esparcido: que yo propongo publicar algo sobre el tema de religión. Y esto se dice haber salido de una carta mía a mi amigo Charles Thomson, en donde ciertamente no hay rastros de una idea semejante.”
Exactamente 253 palabras más adelante, Jefferson concluye su respuesta a la sugerencia de George Logan recordándole lo que sucedió en Inglaterra.
Thomas Jefferson dijo que la gente había creído equivocadamente que él —Jefferson — estaba planeando publicar un libro acerca de Ética Bíblica en el Gobierno por algo que él había escrito en una carta a Charles Thomson el 9 de enero de 1816.
Yo no descansé hasta encontrar esa carta a Thomson.
Permíteme ponerte esto en contexto: Charles Thomson había publicado recientemente Una sinopsis de los cuatro evangelistas (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) y le había enviado una copia a Jefferson. En su carta de “Gracias” a Thomson, Jefferson le dijo que él ya había comprado una copia y la había cortado para poder extraer las palabras de Jesús y pegarlas en un libro en blanco:
“Yo también ya hice un pequeño libro… el que llamo la Filosofía de Jesús… hecho de cortar los textos del libro y ordenarlos en las páginas de un libro en blanco, en un orden particular de tiempo o tema. Es un documento de prueba que soy un verdadero cristiano… un discípulo de las doctrinas de Jesús, muy distinto de los platónicos1, quienes me llaman infiel, mientras sacan todos sus dogmas característicos de lo que su Autor nunca dijo ni vio.”
Y ahora te voy a contar algo un poco divertido.
Yo iba a compartir lo que dijo Gandhi en 1926, pero decidí que primero necesitaba verificar que Gandhi lo hubiera dicho realmente, así que busqué en dónde lo había dicho y a quién le estaba hablando2.
La entrada al principio de mi búsqueda de Google abrió con la declaración: “¿Cuántas veces me he topado con esta cita atribuida a Mahatma Gandhi? ‘Me gusta su Cristo. Lo que no me gusta son sus cristianos. Ustedes los cristianos son tan distintos a su Cristo.’ Tenemos que dejar de usar esta cita.”
El artículo continuó diciendo: “En primer lugar, Gandhi no era una autoridad acerca de Jesús. Cuando él dice ‘Me gusta su Cristo’, él se está refiriendo a un Jesús de su propia autoría, un Jesús sacado desordenadamente de las páginas de las Escrituras, un Jesús a lo Jefferson…”
Cuando este tipo verdaderamente quiso desprestigiar a Gandhi, lo comparó a Thomas Jefferson.
Pero supongo que algunas cosas nunca cambian.
(Pero aún no me amargo, Stuart, te lo prometo. Espero que tú estés bien.)
Roy H. Williams
NOTA DE INDY — Esta es la quinta semana seguida en la que el mago no ha escrito mucho acerca de la publicidad. No te preocupes. He estado viendo por encima de su hombro, sacando todos los mejores consejos que él le ha dado a sus clientes esta semana y te los voy a compartir en la madriguera del conejo. Sólo haz clic sobre la imagen de Anne Lamott al principio de la página en la que estás.
1 De acuerdo a la Enciclopedia Británica en www.britannica.com, “los platónicos cristianos… consideraban la filosofía platónica como el mejor instrumento disponible para entender y defender las enseñanzas de las Escrituras y la tradición de la iglesia.”
2 Lo más temprano que se haya reportado a Gandhi decir algo semejante pueden encontrarse en: Harvard Crimson newspaper of January 11, 1927.

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