La promesa que te hice

La promesa que te hice

Te hice una promesa el 22 de noviembre en un Memo del Lunes por la Mañana titulado Viaje en el tiempo.
Así es como comenzaba ese memo:
“Mi amigo Don tiene una máquina del tiempo. Él me lleva consigo algunas veces. ¡Tú deberías venir también! Todo el que viaja en la máquina del tiempo de Don queda cambiado.
El Departamento de Justicia de los Estados Unidos ha reservado pasaje en la máquina del tiempo de Don para incontables prisioneros. Gobiernos estatales y locales y cientos de centros de rehabilitación también han reservado viajes para personas. Treinta y cinco millones, entre todas.
Cada viaje a través del tiempo comienza con una serie de palabras…”
Luego describí dos formas distintas de contar historias y el propósito y efecto de cada una. Y para darme un poco de “credibilidad de terceros” cité al Profesor Steven Pinker de MIT y Harvard. Cuando la cuenta de palabras de ese Memo del Lunes por la Mañana indicó que nos estábamos aproximando a nuestro destino y que era momento de aterrizar, te instruí que guardaras tu repisa y regresaras tu asiento a su posición vertical. Luego te dije algo que probablemente no sabías:
“Cada palabra en cualquier idioma está compuesta de un número limitado de sonidos llamados fonemas. Nosotros los ordenamos en racimos llamados palabras, que luego unimos en una sucesión rápida para que otros puedan ver en sus mentes lo que nosotros vemos en la nuestra.”
Y luego hablé acerca del Libro de los Principios. ¿Te recuerdas?
“En el primer capítulo de Génesis, Dios dice: “Que se haga esto” y “Que se haga lo otro”, durante 25 versos y luego en el verso 26 dice: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”.
De acuerdo con esa historia antigua, Dios habló al mundo a la existencia y luego nos dio a ti y a mí el poder de hacer lo mismo.
Cuando tú, como un cuenta historias, hablas un mundo a la existencia en los corazones y las mentes de tus oyentes, estás haciendo el trabajo de Dios.”
“Don Kuhl ha pasado los últimos 30 años desatando el poder de contar historias para ayudar a 35 millones de personas a encontrar paz, esperanza y felicidad y ahora él ha escrito un libro para ti y para mí. Va a ser publicado a principios del próximo año.”
Y luego te prometí:
“Voy a asegurarme que sepas cuándo está disponible.
Roy H. Williams”
Ese libro ya está disponible para preventa en amazon.com. Se llama “Changing with Aging: Little Stories, Big Lessons” (Cambiando con la edad: pequeñas historias, grandes lecciones).
Don le envió copias adelantadas a varias personas que conozco. Todo el que recibió una copia quedó encantado y fascinado por las historias en el libro de Don, como yo sabía que iba a suceder. Don es un contador notable de historias cortas, brillantes, con corazón que se desbordan de sinceridad, transparencia y sabiduría.
Peter Vegso, el editor original de esa serie de libros rompe-récords, Sopa de pollo para el alma, es un fan tan grande de las historias de Don que saltó detrás de la oportunidad de publicar el libro de Don.
Yo cumplí mi promesa. Te conté que el libro está disponible para preventa. Haz lo que te parezca bien.
Le pidieron a mi socio Johnny Molson que les hablara a una clase de niños de diez años la semana pasada acerca de su carrera como escritor de anuncios.
Cuando salió de la escuela, Johnny me escribió un texto para decir que dos de los niños habían hecho preguntas increíblemente simpáticas. El primer niño preguntó:
“¿Alguna vez te han dado pena tus propios comerciales?”
Johnny respondió que sí, que siempre le dan pena los comerciales predecibles que sus clientes le ordenan ocasionalmente que escriba, pero no, que nunca le dan pena los anuncios felices que fluyen de las profundidades de su corazón hasta sus dedos y luego a las ondas de radio y televisión. Allí fue cuando el segundo niño preguntó:
“¿Tienes antecedentes criminales?”
Una conversación con un niño es una aventura notable llena de giros y vueltas con sorpresas en cada esquina.
La madriguera del conejo de hoy es como eso también. Es una travesía teológica que comienza en el primer capítulo del Génesis y termina conmigo diciendo: “Todos somos pasajeros en un mundo que gira sin control. Como nos enseñaron erróneamente que todo sucede de acuerdo al ‘plan perfecto de Dios’ lo culpamos por cada tristeza.”
Algunos de ustedes van a indignarse y ofenderse y sentirse obligados a explicarme porqué estoy trágicamente y horriblemente equivocado, pero yo creo que los más abiertos de mente de entre ustedes se van a sentir intrigados y fascinados por cosas que nunca han escuchado antes.
Pero ninguno de ustedes van a aburrirse.
El título de este ensayo fotográfico es “Dios No está en control. Nosotros lo estamos.” Pero no es una negación de Dios. Es mi extraña e inusual confesión de fe en Él.
Indy Beagle está impartiendo un seminario en Dubai esta semana y me dio completa autoridad para hacer lo que quisiera en la madriguera del conejo. Para entrar, simplemente haz clic sobre la imagen de mi amigo, Don Kuhl, al principio de la página.
Aruú,
Roy H. Williams

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