Por qué no creo en poner metas

Por qué no creo en poner metas

Por qué no creo en poner metas

¿Tienes una creencia profunda, pero no sabes de dónde vino?
He rechazado apasionadamente la idea de ponerme metas durante más de 50 años, pero nunca había entendido por qué sentía eso de forma tan profunda hasta hace un momento.
Bienvenido al domingo por la mañana, 29 de noviembre del 2020.
La palabra “meta” tiene una cierta añoranza pegada.
“Estrellita, estrellita, deseo, con todo mi corazón, que…”
No creo en las metas.
Creo en las responsabilidades.
Creo en las decisiones.
¿Cuál de las siguientes es la conversación con uno mismo más efectiva?
A: Mi meta de ventas de este mes es de US$200,000.
B: Es mi responsabilidad vender US$200,000. Y he decidido hacerlo.
Las metas no cambian el comportamiento.
Las decisiones cambian el comportamiento.
(Sí, una meta puede ocasionalmente llevar a una decisión.
Cuando eso sucede, enfócate en la decisión, no en la meta.)
El deseo está enraizado en el ego.
La identidad está enraizada en el corazón.
Las metas son producidas por el deseo, lo que quieres.
Las decisiones están producidas por la identidad, lo que eres.
Si tu meta cambia quién eres, entonces has tomado una decisión de ser una persona distinta.
Si lo que quieres es más importante que lo que eres, entonces eres un adicto.
Alcohólicos Anónimos está en el negocio del cambio a largo plazo de comportamientos. Encuentro interesante que no les enseñan a sus miembros a enfocarse en la meta de no tomar. Les enseñan a tomar la decisión de no tomar… un día a la vez.
Hacen énfasis en la decisión, no la meta.
Las metas tienen atracción.
Las decisiones tienen consecuencias.
Una meta hace que tu mente apunte a un deseo.
Pero tu mente se distrae fácilmente por deseo, tras deseo, tras deseo.
Cuando tomas una decisión, halas el gatillo y montas el proyectil.
Las decisiones tienen consecuencias.
La Biblia tiene un pasaje interesante en el segundo capítulo del Libro de Santiago:
“Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?”
Pocas cosas revelan la identidad de una persona como la propina que dejan sobre la mesa.
Si dejas un porcentaje específico, eres disciplinado.
Si tu propina es determinada por la calidad del servicio, eres un juez.
Si das propinas de forma espléndida incluso cuando el servicio es malo, eres alguien que da aliento.
Irrespectivo de cuál de estas personas hayas sido en el pasado, estás a tan solo una decisión de ser una persona distinta en el futuro.
Roy H. Williams
Para entrar a la madriguera del conejo, simplemente haz clic sobre mi imagen — Indy Beagle — al principio de cualquier Memo del Lunes por la Mañana. Cada clic sobre una imagen dentro de la madriguera del conejo te lleva una página más profundo hasta que llegas al final. Aruuuu. Indy.

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