Simbolismo, superstición y decisiones

Simbolismo, superstición y decisiones

Simbolismo, superstición y decisiones

El pensamiento simbólico se expresa comúnmente a través de símiles, metáforas y música, permitiéndonos comunicar lo desconocido y no familiar, relacionándolo con lo conocido y familiar.
Los símbolos suceden cuando una cosa toma el lugar de la otra.
El simbolismo juega un papel en el refuerzo de la identidad. Las marcas, hobbies, expresiones artísticas, asistencia a eventos y conexiones sociales son formas simbólicas de decir: “Éste es quien yo soy. Esto es lo que hago. Esto es lo que apoyo. Esto es lo que rechazo. Así es como me veo a mí mismo”.
La gente de mercadeo le llama estas mediciones “psicográficas”.
Los símbolos son cosas poderosas y amigables que nos ayudan a relacionarlos con el mundo a nuestro alrededor. Nos ayudan a tomar esas decisiones difíciles entre dos cosas buenas. “¿Con cuál de estas dos cosas me identifico más fuertemente?”
La auto determinación es una cosa buena.
La cooperación es una cosa buena.
Brexit es la guerra de Gran Bretaña entre estas dos cosas buenas.
Los Estados Unidos está teniendo una guerra propia.
Entender cómo los símbolos pueden afectar el humor del corazón y la actitud de la mente es una parte natural de la autoconsciencia. Pero los símbolos se distorsionan y oscurecen cuando los abrazamos demasiado fuerte o los llevamos un paso demasiado lejos.
La superstición es la creencia de que un símbolo trae en sí mismo el poder de realizar cambios.
Las feromonas son una serie de banderas químicas que emiten los animales que indican sexualidad, miedo y dominación; humores del corazón y actitudes de la mente.
La bandera de una nación es un pedazo de tela de colores al final de un palo.
Su único poder reside en los corazones y mentes de los que la miran.
Estamos unidos cuando estamos de acuerdo en qué quiere decir ese símbolo.
Estamos divididos cuando no estamos de acuerdo.
La única decisión difícil es la decisión entre dos cosas buenas.
Cuando estamos profundamente divididos, creemos que nuestros adversarios son estúpidos y malvados. Si somos gentiles, los llamamos “mal informados y engañados”, lo cual es una forma sólo un poco más amable de decir la misma cosa.
La reconciliación y la unidad no van a comenzar hasta que veamos más allá de nuestras reacciones polarizadas para ver lo bueno en lo que cree la otra parte. Este es el camino a un discurso productivo.
Sinceramente, yo ya estoy un poco cansado del discurso destructivo, ¿tú no?
Sin importar tus creencias políticas, tienes al menos un amigo cercano que cree en la cosa buena que está actualmente en el camino de la cosa buena en la que tú crees. En otras palabras, sus creencias políticas no están alineadas con las tuyas. ¿Tu relación con esa persona es suficientemente fuerte, tu confianza en esa persona es suficientemente profunda, como para escucharlo callado mientras ellos explican en lo que creen y por qué lo creen? ¿Puedes encontrar la cosa buena en la que cree tu amigo?
Pide y se te concederá; busca y encontrarás; toca y la puerta se abrirá.
Recuerda: Tu meta es ver a través de sus ojos por un momento.
Quieres ver lo que ellos miran. Este no es el momento ni el lugar para hacer que ellos miren lo que tú miras. Si no puedes contenerte de corregirlos e interrumpir con tus creencias, probablemente vas a perder un amigo.
El camino a la paz requiere valentía, moderación, la disposición de escuchar y una mente abierta.
El otro camino — el emocionante — es el camino que lleva a la guerra.
Roy H. Williams

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