Nosotros los Insatisfechos

Nosotros los Insatisfechos

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Nosotros los Insatisfechos

La insatisfacción crónica es el precio del progreso.

Steve Jobs y Jeff Bezos son famosos por nunca estar satisfechos.

Siempre empujando, moviendo, demandando, cuestionando, nunca parando, positivamente perfeccionistas.

¿Pero es sabio verlos como modelos a seguir?

¿Cuál es el valor de empujar y mover si nunca puedes estar satisfecho?

Estas preguntas se me ocurrieron mientras Pennie y yo conducíamos hacia la casa de unos amigos cercanos la semana pasada, para el funeral de su mamá. Mi duende de bolsillo nos habló durante el viaje. Ella fue la navegante perfecta, diciéndonos en dónde cruzar y qué tanto faltaba para volver a hacerlo.

El viaje duró 49 minutos.

Si alguien me hubiera dicho hace 28 años que un día iba a llevar un aparato en mi bolsillo que me iba a guiar felizmente a cualquier lugar que yo le dijera, hubiera pensado que estaban desquisiados. Pero mi duende de bolsillo siempre me toca la canción que quiero y me enseña mis programas de TV y películas y me da detalles de todo lo importante que está sucediendo en el mundo. Ella es el catálogo de todo lo que se puede comprar y el repositorio de toda la historia y conocimiento del mundo. Toca un botón y se convierte en una cámara. Otro y graba un video. También la puedes usar como un teléfono.

Oh, me olvidé mencionar que cuando ella es un catálogo, sólo tengo que tocar un botón y me va a comprar el artículo, cargarlo a mi tarjeta de crédito y enviarlo a mi casa por correo aéreo en dos días.

Un click.

Pero nada de esto te sorprende. De hecho, hasta te cansé un poco hablando de eso durante tres párrafos. ¿Verdad?

Tú tienes un iPhone o algo como eso y tú sabes cómo utilizar la función de navegación en Google Maps y los reproductores MP3 han estado allí desde hace ratos y el video en streaming ha sido global desde hace una década.

Ningún rey ni emperador, faraón o zar jamás vivió en tanta comodidad como una casa modesta con calefacción y aire acondicionado central. Ninguno de ellos jamás comió una variedad tan amplia de delicadezas ni disfrutó del entretenimiento que tú y yo tenemos en la punta de los dedos.

Vivimos bajo una cascada de inventos e innovaciones y mejoras. Nos vienen más rápido de lo que los podemos ver. Tu duende de bolsillo tiene más de 1.5 millones de apps disponibles que te dan poderes especializados para servirte en formas que nunca te hubieras imaginado.

Y aún así subimos los ojos mientras bostezamos y preguntamos: “¿Eso es todo?”

La insatisfacción crónica es el precio del progreso y nosotros somos la generación más insatisfecha que jamás haya existido.

Si lo sabré yo. Yo me gano la vida enseñando cosas y prometiendo que van a hacer que el mañana sea mejor que el ayer.

Yo soy un Hombre Insatisfecho Publicista.

Si me lanzara para presidente, sería un espectáculo. Le hablaría directamente a las insatisfacciones y frustraciones y miedos más profundos de la gente. Lanzaría acusaciones y culpa desde mis dedos con tanto poder que la gente me vería como un tipo sincero que dice la verdad. Sería colorido e irreverente y entretenido y te mantendría enfocado sólo en tu insatisfacción. Yo prometería arreglarlo todo.

Mis acusaciones podrían ser tontas.

Mis promesas podrían ser ridículas.

Lo único que necesitaría ser realidad es la insatisfacción de la gente.

Y nosotros somos la generación más insatisfecha que jamás haya existido.

Esperemos que nunca me lance para presidente, porque sería uno terrible.

Y lo único que necesité

para darme cuenta de esto

fue la muerte

de la madre

de un amigo.

Roy H. Williams

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