Odio Ser Bueno

Odio Ser Bueno

Odio Ser Bueno
Odio ser bueno para escribir anuncios de respuesta directa.  Conoces los anuncios de los que te estoy hablando.  Los que te venden algo que no quieres ni necesitas en realidad.
Hace venite años, Woody yo yo compramos collares Melrose a 11 dólares y los vendimos en carretadas a 99 dólares cada uno.  No podías hacer comparación de precios contra nuestro Collar Melros, porque nos inventamos el nombre.  Otras tiendas los llamaban “collares en Y” y los vendían por 20 dólares.  Te vas a reír cuando te cuente cómo se nos ocurrió “Melrose”.
Richard y yo vendimos suficientes Rosas American Beauty de 12 pulgadas, bañadas en oro, en floreros de cristal de plomo, como alfombrar la pista de aterrizaje de Chicago O´Hare.
Sean y yo vendimos tantos Love Loops con “diamantes diminutos, brillando y destellando y centellando en el sol” que aniquilamos el inventario mundial de un fabricante con tan solo 4 días de publicidad.
Brian y yo incrementamos el número de llamadas de su negocio de servicios a 5 veces el porcentaje que él había esperado para el 2012.  ¿El secreto?  Un anuncio de respuesta directa que nombraba y enmarcaba claramente una necesidad sentida.
En otro negocio de servicios, Caseay y yo hemos convencido a 16,000 personas que compren prevención por 20 dólares al mes.  Haz las cuentas y verás un ingreso aproximado a 4 millones de dólares al año.
Bueno.  Lo confesé.
Es extraño, pero no me siento mejor.
Sí, soy bueno para escribir anuncios de respuesta directa.
No, no te voy a escribir uno.  Pero con mucho gusto te enseño cómo hacerlo.
“¿Por qué no te gusta escribirlos? Suena emocionante.”
Los anuncios de respuesta directa son adictivos.
“Pero hacen un montón de dinero, ¿verdad?”
Seguro que sí.
“¿Entonces quién se vuelve adicto?”
El anunciante.
“¿Y eso es un problema porque…?”
Mientras más tiempo pasas un anuncio de respuesta directa, menos funciona.  Dale un vistazo y verás que cada anuncio de respuesta directa con éxito que se haya escrito, al final se abandona.  Todos y cada uno.  Pero el éxito que generan los anuncios de respuesta directa se convierte rápidamente – en la mente del anunciante – en un derecho divino.  La respuesta milagrosa de ayer se convierte en el resultado mínimo que debe superar el publicista.  Y si superas el milagro de ayer por un margen pequeño, bueno, “estás perdiendo tu filo.”
Ésa no es manera de vivir para un publicista.  Sobre todo si eres igual de perezoso que yo.
Por favor no creas que me estoy quejando.  No.  Yo escojo muy cuidadosamente a mis clientes.  Los hombres y mujeres para quienes escribo anuncios de respuesta directa están dotados con horizontes a largo plazo;  ellos no son susceptibles a la adicción de la respuesta directa.  Esto me permite ulitizar anuncios de respuesta directa promocionales para generar tráfico de primera-vez.
Un anuncio de respuesta directa hace un puente sobre el precipicio psicológico que existe en la mente de tu cliente.  Cuando tus anuncios no dan la talla, se desploman al fondo del precipicio y no llegan a tu tienda.  Si haces lo que te voy a enseñar, esos clientes van a arribar a salvo a tu lado del barranco en donde los estarás esperando con un buen apretón de manos y feliz “¡Bienvenido a Casa!”
Dale a esos clientes nuevos una brillante primera experiencia y regresarán una y otra vez.
El memo de hoy es tanto una invitación como una advertencia.  Te voy a dar un taller de tres días de cómo hacer anuncios de respuesta directa y tú estás invitado a inscribirte.
La advertencia es ésta:  probablemente vas a salir de esta clase e inmediatamente vas a abusar de lo que te enseñe.  Si la adicción se resistiera fácilmente, no se llamaría adicción.
Los anuncios de respuesta directa son algo que los estadounidenses hacen mejor que nadie.  Y tengo la sospecha que los tejanos son los mejores.  Este taller va a ser impartido en la Academia del Mago, en Austin, Tejas, la escuela para los imaginativos, valientes y ambiciosos.
Esto es lo que vas a aprender:
CÓMO ESCOGER QUÉ OFRECER.
¿Será que todo puede ser vendido en anuncios de respuesta directa?
CÓMO CONSTRUIR TU MENSAJE.
Cómo Terminar.
En Dónde Comenzar.
Qué No Poner.
Y luego haremos lluvia de ideas de todas las formas posibles en las que se puede entregar tu mensaje.  En otras palabras, discutiremos tus opciones de medios.
Y luego nos reiremos y tomaremos un poco de vino.
Como bono – y esto es enorme – te enseñaré como recrutar empleados excepcionales con anuncios de respuesta directa extraordinariamente seductores en los clasificados.
Mis socios del Mago de la Publicidad ya saben cómo constuir estos milagros y no todos son tan perezosos o auto-complacientes como yo.  Éste es un correo que recibió recientemente Jeff Sexton de uno de sus clientes.
“Esto es lo que sucedió. El día que salió, tuve 18 llamadas, 9 de ellas hicieron citas.  Las otras 9 fueron de Medicare y yo no contrato ese seguro por muchas razones.  En las pasadas 3 semanas he continuado teniendo por lo menos 3 nuevos pacientes a la seamana.  Puse el anuncio vertical en la Healthy Idaho Magazine y lo contraté para salir 6 veces.  Por haber hecho eso, también obtengo 2 anuncios dominicales al mes.  El punto es que ya pagé por anuncio de un año con los ingresos generados en el primer mes.  Gracias por tu ayuda.  Espero que estés disfrutando la transición hacia el verano.  Nosotros nos quedaremos en casa la mayor parte del tiempo y me voy a enfocar a subir mi puntaje de golf hacia los dígitos dobles.”
Sí, tienes razón.  He estado utilizando algunas de las técnicas que te voy a enseñar cuando te sientes en el taller, en este memo.
Vas a irte de Austin con anuncios escritos por ti y te vas a ir moviendo la cola como un cachorro emocionado.
Por favor no ensucies la alfombra.
Híjoles, eso sí fue vulgar.  Ojalá lo pudiera borrar.
Te lo voy a compensar de esta forma:  te voy a mostrar el anuncio que Jeff Sexton le escribió a su cliente, una enfermera de familia.
Ven a Austin y te enseñaremos cosas tan poderosas, que son ilegales en 7 estados y están bajo investigación en otros 19.
Está bien, me inventé eso último.  Nada de esto es ilegal.
Simplemente es adictivo.
Roy H. Williams

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Odio Ser Bueno

Odio ser bueno para escribir anuncios de respuesta directa.  Conoces los anuncios de los que te estoy hablando.  Los que te venden algo que no quieres ni necesitas en realidad.

Hace venite años, Woody yo yo compramos collares Melrose a 11 dólares y los vendimos en carretadas a 99 dólares cada uno.  No podías hacer comparación de precios contra nuestro Collar Melros, porque nos inventamos el nombre.  Otras tiendas los llamaban “collares en Y” y los vendían por 20 dólares.  Te vas a reír cuando te cuente cómo se nos ocurrió “Melrose”.

Richard y yo vendimos suficientes Rosas American Beauty de 12 pulgadas, bañadas en oro, en floreros de cristal de plomo, como alfombrar la pista de aterrizaje de Chicago O´Hare.

Sean y yo vendimos tantos Love Loops con “diamantes diminutos, brillando y destellando y centellando en el sol” que aniquilamos el inventario mundial de un fabricante con tan solo 4 días de publicidad.

Brian y yo incrementamos el número de llamadas de su negocio de servicios a 5 veces el porcentaje que él había esperado para el 2012.  ¿El secreto?  Un anuncio de respuesta directa que nombraba y enmarcaba claramente una necesidad sentida.

En otro negocio de servicios, Caseay y yo hemos convencido a 16,000 personas que compren prevención por 20 dólares al mes.  Haz las cuentas y verás un ingreso aproximado a 4 millones de dólares al año.

Bueno.  Lo confesé.

Es extraño, pero no me siento mejor.

Sí, soy bueno para escribir anuncios de respuesta directa.

No, no te voy a escribir uno.  Pero con mucho gusto te enseño cómo hacerlo.

“¿Por qué no te gusta escribirlos? Suena emocionante.”

Los anuncios de respuesta directa son adictivos.

“Pero hacen un montón de dinero, ¿verdad?”

Seguro que sí.

“¿Entonces quién se vuelve adicto?”

El anunciante.

“¿Y eso es un problema porque…?”

Mientras más tiempo pasas un anuncio de respuesta directa, menos funciona.  Dale un vistazo y verás que cada anuncio de respuesta directa con éxito que se haya escrito, al final se abandona.  Todos y cada uno.  Pero el éxito que generan los anuncios de respuesta directa se convierte rápidamente – en la mente del anunciante – en un derecho divino.  La respuesta milagrosa de ayer se convierte en el resultado mínimo que debe superar el publicista.  Y si superas el milagro de ayer por un margen pequeño, bueno, “estás perdiendo tu filo.”

Ésa no es manera de vivir para un publicista.  Sobre todo si eres igual de perezoso que yo.

Por favor no creas que me estoy quejando.  No.  Yo escojo muy cuidadosamente a mis clientes.  Los hombres y mujeres para quienes escribo anuncios de respuesta directa están dotados con horizontes a largo plazo;  ellos no son susceptibles a la adicción de la respuesta directa.  Esto me permite ulitizar anuncios de respuesta directa promocionales para generar tráfico de primera-vez.

Un anuncio de respuesta directa hace un puente sobre el precipicio psicológico que existe en la mente de tu cliente.  Cuando tus anuncios no dan la talla, se desploman al fondo del precipicio y no llegan a tu tienda.  Si haces lo que te voy a enseñar, esos clientes van a arribar a salvo a tu lado del barranco en donde los estarás esperando con un buen apretón de manos y feliz “¡Bienvenido a Casa!”

Dale a esos clientes nuevos una brillante primera experiencia y regresarán una y otra vez.

El memo de hoy es tanto una invitación como una advertencia.  Te voy a dar un taller de tres días de cómo hacer anuncios de respuesta directa y tú estás invitado a inscribirte.

La advertencia es ésta:  probablemente vas a salir de esta clase e inmediatamente vas a abusar de lo que te enseñe.  Si la adicción se resistiera fácilmente, no se llamaría adicción.

Los anuncios de respuesta directa son algo que los estadounidenses hacen mejor que nadie.  Y tengo la sospecha que los tejanos son los mejores.  Este taller va a ser impartido en la Academia del Mago, en Austin, Tejas, la escuela para los imaginativos, valientes y ambiciosos.

Esto es lo que vas a aprender:

CÓMO ESCOGER QUÉ OFRECER.

¿Será que todo puede ser vendido en anuncios de respuesta directa?

CÓMO CONSTRUIR TU MENSAJE.

Cómo Terminar.

En Dónde Comenzar.

Qué No Poner.

Y luego haremos lluvia de ideas de todas las formas posibles en las que se puede entregar tu mensaje.  En otras palabras, discutiremos tus opciones de medios.

Y luego nos reiremos y tomaremos un poco de vino.

Como bono – y esto es enorme – te enseñaré como recrutar empleados excepcionales con anuncios de respuesta directa extraordinariamente seductores en los clasificados.

Mis socios del Mago de la Publicidad ya saben cómo constuir estos milagros y no todos son tan perezosos o auto-complacientes como yo.  Éste es un correo que recibió recientemente Jeff Sexton de uno de sus clientes.

“Esto es lo que sucedió. El día que salió, tuve 18 llamadas, 9 de ellas hicieron citas.  Las otras 9 fueron de Medicare y yo no contrato ese seguro por muchas razones.  En las pasadas 3 semanas he continuado teniendo por lo menos 3 nuevos pacientes a la seamana.  Puse el anuncio vertical en la Healthy Idaho Magazine y lo contraté para salir 6 veces.  Por haber hecho eso, también obtengo 2 anuncios dominicales al mes.  El punto es que ya pagé por anuncio de un año con los ingresos generados en el primer mes.  Gracias por tu ayuda.  Espero que estés disfrutando la transición hacia el verano.  Nosotros nos quedaremos en casa la mayor parte del tiempo y me voy a enfocar a subir mi puntaje de golf hacia los dígitos dobles.”

Sí, tienes razón.  He estado utilizando algunas de las técnicas que te voy a enseñar cuando te sientes en el taller, en este memo.

Vas a irte de Austin con anuncios escritos por ti y te vas a ir moviendo la cola como un cachorro emocionado.

Por favor no ensucies la alfombra.

Híjoles, eso sí fue vulgar.  Ojalá lo pudiera borrar.

Te lo voy a compensar de esta forma:  te voy a mostrar el anuncio que Jeff Sexton le escribió a su cliente, una enfermera de familia.

Ven a Austin y te enseñaremos cosas tan poderosas, que son ilegales en 7 estados y están bajo investigación en otros 19.

Está bien, me inventé eso último.  Nada de esto es ilegal.

Simplemente es adictivo.

Roy H. Williams

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