Cuatro Historias de Navidad

Cuatro Historias de Navidad

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Cuatro Historias de Navidad

Yo todavía la llamo Navidad.

Me han dicho que se supone que uno ya no debe hacer eso.

Se supone que uno no debe hacer muchas cosas.

Olvídate de la religión llamada cristianismo por un momento.

Ignora los errores históricos de los cristianos.

Yo estoy hablando acerca de la Navidad.

Esas frases iniciales me van a llevar a un montón de problemas salvo que me juzgues por mis motivos.

1. Yo todavía la llamo Navidad, porque, de acuerdo al relato de Lucas (1), los ángeles no se les aparecieron a oficiales de gobierno o líderes religiosos. Escogieron en vez iluminar la oscuridad de personas solitarias trabajando de noche por el salario mínimo. Se les aparecieron a pastores humildes guardando ovejas indefensas.

Yo creo que eso es genial.

El mensaje de los ángeles era esencialmente este: “¡Buenas nuevas! Dios te quiere y tiene un plan para rescatarte a ti – y al resto de la gente de este planeta – y sacarte del horrible embrollo en el que estás.”

Aún si crees que esas historias son cuentos de hadas, vale la pena darles un vistazo. La Navidad es nuestra fiesta más grande.

2. La historia de Navidad de Juan se salta Belén del todo (2), escogiendo en vez, conectar el nacimiento de Jesús al capítulo en Génesis (3) en donde Dios habla al universo a la existencia:

“Al principio era el Verbo. Y el Verbo estaba con Dios. Y el Verbo era Dios. El Verbo estaba al principio con Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio del Verbo; sin Él no existe nada de lo que está hecho… Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros.”

Vaya.

3. Mateo (4) no menciona a los pastores de Lucas o conecta al Jesús pre-encarnado a la creación del universo, como Juan, pero la de él es la única historia de Navidad que menciona a los Reyes Magos. Ellos no vieron ángeles y no nos dicen por qué decidieron seguir esa estrella. Sólo sabemos que ellos hicieron una travesía extremadamente difícil y nunca se desesperanzaron. Eran extranjeros que creyeron en algo en lo que los locales ya no creían.

Yo tengo una fascinación permanente con estos hombres sabios, los magos. También la tenían Chesterton.

“Mientras más estamos orgullosos que la historia de Belén fue fácil de entender para los pastores y casi que hasta las ovejas, más nos dejamos ir, en frescos y pinturas oscuras y magníficas acerca del misterio y majestuosidad de los Tres Reyes Magos.”

– G.K. Chesterton, Christendom in Dublin, Ch.3 (1933)

4. Yo creo que hay magos caminando entre nosotros aún hoy.

Siguiendo una estrella brillante de esperanza, ellos continúan haciendo travesías difíciles.

No están buscando alguien que haga “grande a los Estados Unidos otra vez.”

Ellos creen que los Estados Unidos – con todo y sus defectos – ya es bastante buena.

Todavía creen en el Sueño Americano.

Y si tú eres sabio

tú lo crees también.

Un día,

hace muchos años,

una buena persona le dijo a tus ancestros,

“Feliz Navidad, inmigrantes.

Bienvenidos a los Estados Unidos.”

Ella era una estatua en una isla, un regalo de Francia.

Y el poema a sus pies les susurra a toda la tierra,

“Tráiganme a su masas cansadas, pobres, apretadas, que anhelan respirar en libertad. Yo elevo mi lámpara a la par de la puerta dorada.”

Roy H. Williams

  1. Lucas 2, 6-20
  2. Juan 1, 1-14
  3. Génesis 1, 1-3
  4. Mateo 2, 1-12
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