La Belleza de un Arma sin Disparar
El Rifle Silencioso de un Tercer Cuerpo Gravitacional
“Colgando así de su pierna, su perspectiva de cabeza lo mareó. Si éste fuera su último momento, moriría feliz, pero no lo sería. En vez de eso, él pronto estaría cantando karaoke con un grupo de turistas coreanos. Pero primero, la montaña rusa.”
– Christina Gressianu, primeras oraciones de una novela no escrita
Anton Chekhov escribió una carta a Aleksandr Semenovich Lazarev el 1 de noviembre de 1889 en la que decía: “Quita todo lo que no tiene relevancia para la historia. Si dices en el primer capítulo que hay un rifle colgado de la pared, en el segundo o tercer capítulo necesariamente tiene que ser disparado. Si no va a ser disparado, no debería colgar allí.”
Trágicamente, este consejo casual se convirtió en una regla sagrada e inquebrantable de escritura conocida como “El Arma de Checkhov” en el que todo elemento de una historia debe ser necesario e irremplazable.
Obedece la regla de El Arma de Checkhov y tus historias serán predecibles para todos, salvo los niños más pequeños.
Las películas son predecibles, los programas de TV son predecibles y la Publicidad es predecible porque algún tonto decidió que Checkhov era un mensajero enviado por Dios.
No, seamos justos con Checkhov: él dio su consejo en 1889 cuando menos del 1 por ciento del público había leído una novela o visto una obra de teatro. Las películas eran un experimento de un inventor en un laboratorio. La televisión ni siquiera era una fantasía. Su audiencia era, en efecto, niños pequeños.
¿Ofrecería Checkhov el mismo consejo el día de hoy? Déjame asegurarte que no lo haría.
La sorpresa y la maravilla son estranguladas por las crueles manos de la Predictibilidad.
Si quieres escribir una historia interesante, empapela el cuarto con armas que nunca se usen y nunca se expliquen. Un arma sin disparar es una distracción curiosa, un desastre potencial o una maravilla que flota bella como un colibrí justo fuera de la vista.
Utilizo “arma” sólo como la metáfora para un instrumento literario, al igual que Checkhov. ¿Puede una botella gigante de champagne ser un rifle silencioso, un arma flotante colgada bellamente de la pared?
Claro que sí.
Uno de mis pasajes favoritos en la literatura viola flagrantemente la regla de El Arma de Checkhov. Es un párrafo inexplicable insertado en la mitad de Cryptonomicon, una extraordinaria novela de aventura/misterio escrita por Neal Stephenson. El arma en la pared es un plato de cereal.
El cereal, la leche, el comer el cereal, es más el desayuno mismo es completamente innecesario para la historia del Cryptonomicon. Pero aquí está:
“El comer cereal a nivel de campeonato mundial es una danza de compromisos finos. El plato rebosante de cereal aguado, saturado de leche, es la seña del novato. Idealmente uno quiere que los pedazos de cereal secos y la leche primordial entren la boca con un contacto mínimo y que la reacción entera entre ambos se lleve a cabo dentro de la boca. Lo mejor es trabajar en incrementos pequeños, poniendo tan sólo una pequeña cantidad de Cap´n Crunc en el plato a la vez y comérselo todo de un sólo antes que se vuelva una masa de liga asquerosa, que, en el caso del Cap´n Crunch, toma aproximadamente treinta segundos… Él vierte la leche con una mano, mientras le mete la cuchara con la otra, no queriendo desperdiciar ni un sólo momento del momento mágico, el instante dorado en el que la leche fría y el Cap´n Crunch están juntos pero todavía no han comenzado a contaminar las naturalezas esenciales de ambos.”
Chekchov, creo yo, lo aprobaría.
Bienvenido, Anton, al 2013.
Roy H. Williams
OBSERVACIÓN DE INDY: Como sabes, los beagles viven en un estado de constante chanfle, por lo que no me sorprendió cuando – inmediatemente después que el Mago posteó el Memo del Lunes por la Mañana de hoy – me crucé con una observación que él había agregado a mi base de datos de las Citas Aleatorias el 6 de julio del 2012, en el que él hablaba del magnetismo del misterio sin revelar, el potencial flotante del arma sin disparar: “Las tinieblas hablan del misterio. La luz habla de revelación. Demasiada sobra es tiniebla, luego oscuridad. Demasiada luz es aburrido, luego cegador. Las fotografías, las pinturas, la literatura y el romance requieren navegar entre la luz y la sombra, lo revelado y lo no revelado.” La base de datos de citas aleatorias del beagle en MondayMorningMemo.com actualmente contiene 3,073 observaciones curiosas recolectadas de donde se encuentren. Aruú.
La Belleza de un Arma sin Disparar
El Rifle Silencioso de un Tercer Cuerpo Gravitacional
“Colgando así de su pierna, su perspectiva de cabeza lo mareó. Si éste fuera su último momento, moriría feliz, pero no lo sería. En vez de eso, él pronto estaría cantando karaoke con un grupo de turistas coreanos. Pero primero, la montaña rusa.”
– Christina Gressianu, primeras oraciones de una novela no escrita
Anton Chekhov escribió una carta a Aleksandr Semenovich Lazarev el 1 de noviembre de 1889 en la que decía: “Quita todo lo que no tiene relevancia para la historia. Si dices en el primer capítulo que hay un rifle colgado de la pared, en el segundo o tercer capítulo necesariamente tiene que ser disparado. Si no va a ser disparado, no debería colgar allí.”
Trágicamente, este consejo casual se convirtió en una regla sagrada e inquebrantable de escritura conocida como “El Arma de Checkhov” en el que todo elemento de una historia debe ser necesario e irremplazable.
Obedece la regla de El Arma de Checkhov y tus historias serán predecibles para todos, salvo los niños más pequeños.
Las películas son predecibles, los programas de TV son predecibles y la Publicidad es predecible porque algún tonto decidió que Checkhov era un mensajero enviado por Dios.
No, seamos justos con Checkhov: él dio su consejo en 1889 cuando menos del 1 por ciento del público había leído una novela o visto una obra de teatro. Las películas eran un experimento de un inventor en un laboratorio. La televisión ni siquiera era una fantasía. Su audiencia era, en efecto, niños pequeños.
¿Ofrecería Checkhov el mismo consejo el día de hoy? Déjame asegurarte que no lo haría.
La sorpresa y la maravilla son estranguladas por las crueles manos de la Predictibilidad.
Si quieres escribir una historia interesante, empapela el cuarto con armas que nunca se usen y nunca se expliquen. Un arma sin disparar es una distracción curiosa, un desastre potencial o una maravilla que flota bella como un colibrí justo fuera de la vista.
Utilizo “arma” sólo como la metáfora para un instrumento literario, al igual que Checkhov. ¿Puede una botella gigante de champagne ser un rifle silencioso, un arma flotante colgada bellamente de la pared?
Claro que sí.
Uno de mis pasajes favoritos en la literatura viola flagrantemente la regla de El Arma de Checkhov. Es un párrafo inexplicable insertado en la mitad de Cryptonomicon, una extraordinaria novela de aventura/misterio escrita por Neal Stephenson. El arma en la pared es un plato de cereal.
El cereal, la leche, el comer el cereal, es más el desayuno mismo es completamente innecesario para la historia del Cryptonomicon. Pero aquí está:
“El comer cereal a nivel de campeonato mundial es una danza de compromisos finos. El plato rebosante de cereal aguado, saturado de leche, es la seña del novato. Idealmente uno quiere que los pedazos de cereal secos y la leche primordial entren la boca con un contacto mínimo y que la reacción entera entre ambos se lleve a cabo dentro de la boca. Lo mejor es trabajar en incrementos pequeños, poniendo tan sólo una pequeña cantidad de Cap´n Crunc en el plato a la vez y comérselo todo de un sólo antes que se vuelva una masa de liga asquerosa, que, en el caso del Cap´n Crunch, toma aproximadamente treinta segundos… Él vierte la leche con una mano, mientras le mete la cuchara con la otra, no queriendo desperdiciar ni un sólo momento del momento mágico, el instante dorado en el que la leche fría y el Cap´n Crunch están juntos pero todavía no han comenzado a contaminar las naturalezas esenciales de ambos.”
Chekchov, creo yo, lo aprobaría.
Bienvenido, Anton, al 2013.
Roy H. Williams
OBSERVACIÓN DE INDY: Como sabes, los beagles viven en un estado de constante chanfle, por lo que no me sorprendió cuando – inmediatemente después que el Mago posteó el Memo del Lunes por la Mañana de hoy – me crucé con una observación que él había agregado a mi base de datos de las Citas Aleatorias el 6 de julio del 2012, en el que él hablaba del magnetismo del misterio sin revelar, el potencial flotante del arma sin disparar: “Las tinieblas hablan del misterio. La luz habla de revelación. Demasiada sobra es tiniebla, luego oscuridad. Demasiada luz es aburrido, luego cegador. Las fotografías, las pinturas, la literatura y el romance requieren navegar entre la luz y la sombra, lo revelado y lo no revelado.” La base de datos de citas aleatorias del beagle en MondayMorningMemo.com actualmente contiene 3,073 observaciones curiosas recolectadas de donde se encuentren. Aruú.