¿Lo ves? ¿Te detienes maravillado? ¿Te quitas los zapatos?

¿Lo ves? ¿Te detienes maravillado? ¿Te quitas los zapatos?

Yo escribo publicidad porque soy bueno con las mates.
De acuerdo con mis cálculos a los 18 años las posibilidades ganarse la vida como publicista eran 117,682% más altas que la posibilidad de ganarme la vida como poeta.
Pero en realidad, los poemas y los anuncios son la misma cosa.
Los buenos poemas promueven una nueva perspectiva en un corta, apretada economía de palabras.
Los buenos anuncios promueven una nueva perspectiva en un corta, apretada economía de palabras.
El objetivo de ambas es hacer que mires algo de forma distinta.
Los poetas y los publicistas quieren que alteres tu percepción. Para hacer esto, ellos usan palabras que te hacen alucinar; ver algo que no está realmente allí. Ellos quieren que mires en su espejo mágico y te veas menos preocupado, más feliz y brillando con luz.
Cada generación se preocupa acerca de lo que la próxima generación parece haber olvidado.
Tal vez soy un ente extraño aún dentro de mi propia generación, pero durante mucho tiempo me he preocupado acerca de cómo tan poca gente en esta época entiende el propósito de las artes.
Me frustra que tan pocos entiendan las diferencias entre el corazón y la mente.
Se me parte el corazón porque tan pocos conocen las historias básicas de la biblia.
“La tierra está llena del cielo,
Y cada zarza está en fuego por Dios;
Pero sólo el que ve, se quita los zapatos,
El resto se quedan sentados y le quitan moras.”
– Elizabeth Barrett Browning, Aurora Leigh, 1857
Utilizando el megáfono de la poesía para susurrarnos su mensaje de hace 165 años, Dizzy Lizzy Browning se está refiriendo a la reacción de Moisés en el desierto de Madián cuando vio a lo lejos la zarza ardiente que nunca se consume.
Moisés se desvió para verla más de cerca. Viendo la luz, Moisés escuchó una voz y se quitó los zapatos porque él supo que estaba en un lugar especial.
Elizabeth Barrett Browning nos está diciendo que las maravillas nos rodean, si tan sólo abrimos los ojos. Ella está diciendo: “Detente. Date cuenta. Ve al lugar. Encuentra que es especial.”
¿Cómo que eso no es un anuncio?
Cuando conoces las historias básicas de la biblia y de los griegos antiguos, escuchas sus ecos en las películas más grandes, las novelas más vendidas y los programas de televisión más vistos.
Cuando conoces esas historias, las puedes usar de base en tus propias comunicaciones.
Estas son historias que han comprobado ser magnéticas, memorables y persuasivas. Ponle atención a la frase: han comprobado ser.
Dale un nuevo propósito a lo comprobado.
En una película dirigida por Oliver Stone en la segunda mitad de los 1980’s, Charlie Sheen tiene el papel de un joven que sigue a una mala figura paterna que luego resulta ser una buena figura paterna. ¿Puedes nombrar esa película?
Si dijiste Platoon, tenías razón. Si dijiste Wall Street, tenías razón. Ambas películas cuentan la misma historia y ambas fueron un éxito enorme. La diferencia principal fue que Platoon nos lleva a las verdes selvas de Vietnam de 1967 y Wall Street nos lleva a las selvas de concreto de Manhattan de 1985.
Este es mi punto: Wall Street se estrenó menos de 12 meses después de Platoon, pero nadie la vio y se quejó: “¡Hey, nos contaron la misma historia el año pasado!”
Aprende cuándo y cómo darle un nuevo propósito a lo comprobado
Salomón — otro personaje bíblico interesante — dijo: “El principio de la sabiduría es éste: Adquiere sabiduría. Y aunque te cueste todo lo que tienes, adquiere entendimiento.”
La competencia inconsciente se llama talento. Una persona talentosa sabe qué hacer de forma instintiva.
Saber qué hacer es sabiduría.
La competencia consciente se llama habilidad. Una persona con habilidad ha estudiado a las personas talentosas el tiempo suficiente para averiguar lo que están haciendo inconscientemente y por qué funciona.
La gente con talento sabe qué hacer.
La gente con habilidad sabe por qué hacerlo.
La gente con habilidad tiene entendimiento.
Apunta al entendimiento.
Roy H. Williams

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